El motín, según fuentes oficiales, se inició cerca de las 05.00 de la madrugada (08.00 GMT), cuando los reclusos comenzaron a quemar los colchones, lo que provocó un incendio de grandes proporciones.
Los vigilantes de la prisión lograron evacuar a unas 200 reclusos, 14 de los cuales están en estado de extrema gravedad y han sido trasladados a distintos hospitales de Santiago.
Este siniestro -"el más grave de la historia de las prisiones chilenas", según el ministro de Salud, Jaime Mañalich- también ha dejado tres gendarmes y un bombero heridos.
Decenas de bomberos trabajan en la extinción del incendio, mientras que centenares de familiares se agolpan a las puertas de la cárcel a la espera de conocer la identidad de las víctimas.
La Gendarmería, encargada de la vigilancia dentro de los recintos penitenciarios, aún no ha proporcionado los nombres de los fallecidos y de los heridos, lo que provoca la angustia y la desesperación de los familiares de los presos.