Lírica contra épica.Fantasía contra electricidad. Poesía pura contra barroquismo. Estilo contra fuerza. Talento al servicio del músculo frente a músculo al servicio del talento. Medios contra fines. Buena imagen frente a prepotencia. Espíritu colectivo frente a suma de individualidades.'Jogo bonito' contra juego directo. Movimientos boxísticos de avispa frente a pegada. Y así hasta infinito. Pongamos que se habla/escribe de este Barça-Madrid deel 29-N. Pongamos que se habla/escribe de este
Messi contra
Cristiano, de
Xavi frente a
Xabi, de
Valdés contra
Casillas, de
Iniesta contra
Ozil, de
Puyol contra
Pepe, y así hasta infinito, que sobre el tapete del Camp Nou brillarán una galaxia de estrellas internacionales, de las que 23 son aspirantes al Balón de Oro. Pongamos que se habla/escribe, sobre todo de
Guardiola frente a
Mourinho, de dos desiguales formas de entender el fútbol en el campo. Cual son las filosofías de sus respectivos clubes, nada pariguales tampoco: la cantera reforzada con fichajes del Barça ahora de
Rosell, fiel continuador de la ideología del ahora diputado -político lo fue siempre-
Laporta,contra los fichajes galácticos reforzados con la cantera del Madrid de
Florentino.
Pongamos que se habla/escribe de este Barça-Madrid. Del clásico, del partidazo, del
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encuentro de la jornada, la semana, el mes, el año, la centuria y el milenio. Un derbi estratosférico en el que hay en liza algo más que tres puntos, algo más que el reforzamiento transitorio de la moral en caso de victoria o su enfriamiento al que llegue la derrota. En el que, a pesar de que queda mucho más de media Liga, el título puede estar en juego, aunque para quitarse presión ambos técnicos lo nieguen. Porque -y esta es la parte menos lúdica, y más triste-, dada la enorme diferencia entre este supermillonario Dúo Dinámico Barça-Madrid Madrid-Barça y el resto de clubes de Primera División, el campeonato sólo puede ir a las vitrinas de ambos en esta lucha directa. Dada tal superioridad. es más que posible que azulgranas y blancos saquen los mismos puntos, uno o dos arriba abajo, ante los demás 'parias' -con perdón- y el que gane estos dos asaltos se proclame campeón. Así aconteció las dos últimas campañas, con cuatro victorias de los de Guardiola en los cuatro enfrentamientos directos, que les catapultaron a los respectivos títulos.
En cualquier caso, desde la neutralidad y sin el apasionamiento forofil o partidista -algo difícil cuando la religión laica olorosa y flamígera que es el fútbol alcanza tan compulsivas cotas-, lo mejor que puede y debe acontecer es que este partidazo, esta desconcatenación astral, haga honor a la expectación -se calcula que más de 400 millones de personas lo verán y disfrutarán por televisión en todo el planeta- y el deporte rey sea también una fiesta. Y, claro, que aunque este tipo de choques en la cumbre suelen decidirse por un detalle, por un soplo de los traviesos hados de la diosa Fortuna, por una décima de segundo, por un milímetro, lo más positivo es que se cumpla el tópico: que gane el mejor. Amén.
Si (
No(
