Se acaba de conocer un trágico dato social para la Región de Murcia, cual es que el número de las familias murcianas que tienen a todos sus miembros en paro se ha triplicado por primera vez desde el comienzo de la crisis, según un estudio realizado por analistas financieros internacionales.
Este drama social requiere soluciones de urgencia de las diferentes instancias gubernamentales implicadas, tanto la nacional, como la autonómica, y por supuesto la europea, que tracen nuevas sendas económicas que nos hagan salir de la crisis, y de esta desesperanza que para muchos es el paro, y la pobreza.
No puede haber gobernante, por insensible que sea, que niegue esa realidad, o que la aproveche para reproches ajenos y aspiraciones propias, dado que es una situación de emergencia social. Como tampoco puede mantenerse el nivel de gasto corriente de determinadas instancias públicas, al nivel de prodigalidad que se ha llevado, dadas las circunstancias –incluidas las rebajas de sueldo a funcionarios y congelación de pensiones-. Es preciso buscar un nuevo modelo productivo en la Región que supla la decadencia de los que han sido hasta ahora la locomotora de la economía regional.
Tampoco parece ser de recibo, que a "río revuelto" traten de hacer su particular pesquera algunos "tiburones" de la economía, que se aprovechan del estado de precariedad ajeno para imponer condiciones draconianas a los más desfavorecidos. En esta línea van aquellos empresarios y agoreros interesados que confiesan públicamente el fracaso de un sistema público de sociedad en el que habíamos conseguido ciertos niveles de estabilidad social y económica, con garantías sociales –de la mano de las garantías públicas del reconocimiento de ciudadanía- en razón a una seguridad social viable y sostenible, un derecho de enfermedad, seguro de paro, y la anhelada pretensión a un bienestar personal y social conforme a criterios de justicia social, en parte alcanzados, que no se deben perder, pese a la crisis, aunque se hagan los esfuerzos colectivos necesarios para salir de la misma.
En tal sentido, se ha dado a conocer un informe del Consejo Económico y Social de la Región de Murcia que señala la necesidad de reconducir los procesos de especialización productiva y profundizar en los sectores más maduros ya presentes en la economía regional e "intensificar tecnológicamente los recursos humanos y sus cualificaciones a través de la formación y la educación". Al propio tiempo que se aconseja que hay que caminar hacia esa otra estructura productiva de la Región", tras constatar que "la crisis ha hecho que los desequilibrios que se han acumulado sean más agudos".
De igual manera, se señala que la crisis "ha traído nuevos desequilibrios que se suman a las disfunciones del crecimiento para determinar la necesidad de que la Región transite cuanto antes hacia una nueva estructura productiva". Al propio tiempo se señala que se "debe seguir apostando por sus grandes sectores productivos que le han dado de comer". Y se lanza una advertencia que "no hay que detenerse en fantasías tecnoindustriales o en sectores exóticos, basados en las 'nano' o las 'bio', ya que no pueden sustentar un cambio radical de modelo productivo", dejando claro que "no se debe dar la espalda a los sectores de los que ha dependido su desarrollo hasta antes de la crisis", si bien, "deben hacerse más productivos y más intensivos en tecnología".
Por todo ello, parece claro el sentido marcado por el CES de Murcia, donde los interlocutores sociales murcianos hacen suyas estas razonables sugerencias, que deben marcar la agenda política de las diversas Administraciones Públicas, especialmente la autonómica, que es la que debe de marcar el rumbo a la generación, fomento e implantación de esos sectores productivos que aceleren con la urgencia necesaria, la recuperación económica de nuestra Región, en lo que supone de economía a escala que con esta crisis unida a la inmobiliaria está haciendo estragos en nuestro entorno.
*Domingo Delgado es Periodista, Licenciado en Ciencias Políticas y Licenciado en Derecho (abogado)