El Villamejor tuvo un brillante vencedor en Pazifiksturm. Y un digno derrotado en Señor Miranda. El duelo previsto se trasladó a los 2.800 metros y tanto la victoria de uno como la derrota de otro se escribirá sin renglones torcidos. No hay excusa para el segundo y sí adjetivos para el primero y su imponente triunfo. Mendizábal, jockey de Pazifiksturm, tuvo mucho que ver con su triunfo aunque quién es verdaderamente bueno es el hijo de Samum.
Una de las características de un buen jockey es tomar las decisiones adecuadas en los momentos precisos. A buen seguro que a Ioritz Mendizábal le habían advertido que en este Villamejor habría un ritmo suicida impuesto por Panacea y que dejara galopar a su montura de forma tranquila sin preocuparse más allá de lo que pudiera hacer Señor Miranda, que “seguro va detrás de ti”, le comentaría Ana Imaz. Pues bien, tras la largada, el jockey líder de la estadística gala se vio en la tesitura tras unos primeros metros de dudas en tomar la punta y alargar el pequeño pelotón. ¿Qué ocurrió? Que nadie le siguió. Qué José Luis Martínez, jockey de Señor Miranda, se quedó en cabeza del pelotón. “Tú tranquilo, cuando se vaya Panacea, no des la cara y guarda caballo para la recta como hicimos en el Memorial”, le diría Paquito Rodríguez a su todavía jockey que vio como el que se iba era Pazifiksturm. Martínez no se fue a por él y nos privó de ver otra carrera. En la que vimos Pazifiksturm entró en los últimos metros con la carrera ganada y Señor Miranda volvió en la recta a ver el culo de un caballo. Se acercó a tres cuerpos, pero nada más. ¿Con otra táctica? Nunca lo sabremos. El Villamejor sólo se corre una vez y hay que tomar decisiones. ¿Quién lo hizo? El ganador.
Dicho esto, en clave hipótesis, Pazifiksturm es un pedazo de caballo que ha tenido claro cual eran sus objetivos del año. A punto estuvo de sorprender en la Copa de Oro y en el Villamejor ha reafirmado que su decisión de no disputar el Memorial fue la correcta para proclamarse, por derecho, el mejor tres años de nuestro Hipódromo, aunque en primavera ese honor pareciera corresponder a Plantagenet. Los que aplaudieron ayer a sus responsables, muchos de ellos por el buen rollo que trasmite su propietario en los foros de Internet, quizá con sus aplausos hacían justicia a ese honorífico galardón que pelea con Plantagenet, ganador de Nacional y Derby.
Y entre los dos Señor Miranda. Un caballo que ha estado en todas las batallas importantes y que sólo ha ganado guerras pequeñas (Velayos, Diputación), pero que se ha colocado en todos y cada uno de los Grandes Premios. La suerte ha sido muy esquiva, porque en el Derby dio demasiado la cara y le batió Plantagenet a punta de velocidad; luego en la Copa de Oro hizo el gasto de irse a por Pazifiksturm y fue el que se llevó al, a la postre ganador, Bannaby; más tarde en Madrid volvió a ser batido en la preparatoria del Memorial por Plantagenet en otra carrera sin excesivo paso y dando la cara; luego disputa el Memorial a contra estilo y con un pacemaker de su cuadra y otro del Duque para ver como Karluv Most le quita la gloria; y ahora en el Villlamejor viene Pazifiksturm un caballo, con menos batallas, y con una táctica arriesgada y un pedazo de jockey en la silla, que tiene más posibilidad de equivocarse sin que ocurra nada, le levanta el Villamejor. Es obvio que el que esto escribe es un poco ‘Señormirandista’ (me apropio el término) pero no por ello dejo de aplaudir a Pazifiksturm como en su día hubo que hacer con Plantagenet. Es más el de la cuadra Martul tiene en sus cascos la responsabilidad del próximo año reverdecer el papel de esta generación, que como le ha ocurrido al Señor Miranda ha ganado batallas pero ha perdido las guerras importantes.
Tras los dos que disputaron la carrera apareció Inkhayan en un tercer puesto lógico para un caballo al que este duelo le ha llegado demasiado pronto. Otro que habrá que verle de ‘viejo’. Midgard, Panacea y Pendenciero rellenaron la nómina en la hoja de resultados oficiales.
Del resto de la jornada hubo muchos y muy diversos detalles, pero centrémonos en lo deportivo porque hay muchas cosas que no por denunciarlas se van a arreglar. Abdel prosiguió la racha del patio Osorio en la primera. Como ganó. Que manera de irse de un lote que no presagiaba grandes cosas entre los que ya habían debutado si no fuera por este descendiente del gran Glauco, que desmintió su soso debut con unas formas de gran caballo. La duda sobre su calidad es lo poco exigido que fueron debutantes con buena pinta como Llanes, Indiano, Esperanza o Peach Bloom que junto a la favorita Yira pelearon las colocaciones.
Un dato, sin maldad pero significativo por reiterado, de nuevo este sorprendente ganador pagó un dividendo menor de 10 a 1 en una carrera de 18 caballos de dos años y cuando Abdel sólo figuraba en el pronóstico de cuatro especialistas como tercer caballo. Raro, raro, raro. Pero, cierto, cierto, cierto.
La primera aparición de Mendizábal en pista con Libia fue una decepción. No por culpa del jockey sino de la yegua, que ya ofreció problemas en los cajones y con un recorrido cerca de la puntera Convidada se quedó sin cambio a la hora de la verdad. Pero esta decepción para mi bolsillo fue contraria a las sensaciones de una inmensa carrera, que Convidada ganó en el último tranco, en una de las mejores montas de Grosjean en toda la temporada. El francés llevó el ritmo de la carrera y en la recta, no sólo resistió las acometidas por fuera de Persian Lake (enorme la hija de Limpid), Bellaside (con la que Martínez estuvo muy pendiente de Libia y creyó dominar para acusar finalmente el Hispanidad), sino que cuando la pasó Funhouse (que hubiera sido ganadora con un mejor recorrido), volvió para salir más guapa en la foto finish. Enorme Convidada y enorme Grosjean. El francés además hizo doblete con Tradeside, un caballo que tras su etapa de pacemaker, no era fácil de administrar y supo dominar a sus rivales.
Quién también dominó de principio a fin fue Chico del Barrio en la segunda parte del handicap. Táctica sabida y, por fin, triunfante con el aprendiz Víctor Sánchez. Llevó al pelotón a paso tranquilo, pego el tirón en la curva y que llegue la meta cuanto antes. Así de sencillo, así de complicado. Pero ante la falta de calidad del lote, muy mermado por la gripe que asola el Hipódromo y que, curiosamente, afecta más a caballos de handicap (también habrá ricos y pobres en los boxes a 200 euros), el de Teo Callejo salió de maiden en su decimocuarta salida a la pista. También fuera de distancia, también después de una mala carrera, y también su ganador cotizó un extraño 10 a 1. A este caballo no le daba nadie. Otro, raro, raro, raro. Y cierto, cierto, cierto.
Ortiz de Urbina se quitó el mal sabor de boca que le había dejado Funhouse al ganar la Lototurf con Guerendiain, una yegua que repite en el handicap y a la que los cuatro kilos que le habían subido los handicapers no fueron suficientes. Dobló victoria y otra vez con más de 60 kilos y en primera parte. Y pensar que esta yegua corrió en su día en una semana dos carreras, una en 2.400 metros y otra en 1.200 metros. Cosas de los preparadores. Guerendiain es de lo mejorcito de su generación y, si la cuidan, puede tener mucho dinero en su recortada silueta.
Y para terminar otro que da dinero con su regularidad Jimmy Fallabela ganó en hierba con Cerqueira, segunda del portugués, para cerrar el día de Pazifiksturm