El día de la marmota

Es tiempo de presentaciones de presupuestos estatales y autonómicos y en breve llegarán las cuentas de los ayuntamientos y diputaciones provinciales. Llega el momento de los sesudos análisis sobre lo que van a hacer los unos y los otros el próximo año, con la intención siempre de encontrar el equilibrio entre lo que de verdad necesitan los ciudadanos y lo que puede invertir la administración sin comprometer sus finanzas.

¿Y saben lo que ocurre? Que yo, que prácticamente soy un tío en pañales en esta profesión, veo el escenario como aquella película titulada ‘El día de la marmota’, en la que Bill Murray vive un día tras otro atrapado en el tiempo. Todos los días le suceden exactamente las mismas cosas, todos los días ya sabe lo que va a ocurrir, hasta que se convierte en una buena persona y entonces es feliz para siempre.

Con los presupuestos sucede exactamente lo mismo. Todos los años vivimos los días de la marmota. Para los gobiernos sus presupuestos son los mejores, los más ajustados a la realidad. Para los partidos de la oposición son los más zafios. Y todos los años vuelta a empezar. Las emisoras de radio, por ejemplo, podrían ahorrarse la insufrible tarea de soportar las insoportables ruedas de prensa de valoración de presupuestos a las que nos tienen acostumbrados los partidos políticos. Bastaría con guardar los cortes de sonido de un año para otro.

Los guiones están escritos de antemano. Me cuenta algún compañero, de los que ya tiene canas y sobrada experiencia en la materia, que la situación ha llegado a un punto en el que los propios portavoces políticos llaman a algunos medios para que recojan su opinión antes incluso de que los presupuestos se hayan presentado por la parte contraria. Increíble pero cierto.

Llegados a este punto, adquiero un compromiso con los lectores de Diario Crítico. Mi voto en estas próximas elecciones municipales y autonómicas lo vendo barato, aunque depende como se mire. Mi voto en los próximos comicios irá a aquel político que sea capaz de estudiarse de verdad los presupuestos del rival y decir que son solidarios, positivos. Lo voy a tener difícil, claro está.