El
cloud computing, o computación en la nube, se podría definir como una manera de suministrar recursos de las Tecnologías de la Información (TI) como servicios, a través de aplicaciones, redes o herramientas de colaboración que permiten acceder a cualquier información que esté en Internet desde cualquier dispositivo. Bien sea móvil, ordenadores portátiles, de mesa o PDA.
Si está en un ciber-café, puede acceder a su correo ¿verdad? Y si va andando por la calle con una
Blackberry o un
iPhone puede consultar los bares más cercanos donde tomar un buen café ¿a que sí? Y si está con sus amigos en un parque pasándolo bien, puede hacer una fotografía con su dispositivo móvil y compartirla en redes sociales ¿le gusta, verdad? Esto es un claro ejemplo del impacto que supone el
cloud computing en la vida real. Acceso a toda su información desde cualquier lugar y en cualquier momento.
De manera más simple, se podría decir que el
cloud computing es el lugar de la Red en la que están almacenados todos nuestros datos y relaciones digitales, que se mantienen a través de mensajería instantánea, redes sociales o herramientas colaborativas y sustituye, en cierto modo, al espacio que ocuparían todos esos datos en los ordenadores personales.
Las
características principales son aportar capacidades como servicio, es decir, no es necesario conocer cuál es su arquitectura digital, cómo está construida o creada. Además no tiene fallos y funciona muy rápido.
Asimismo, consigue que los usuarios no tengan que pagar por acceder a este servicio, por lo que es una fuente de ahorro estratégica para los internautas. Para el usuario es fácil de utilizar porque con un solo click puede acceder a todo lo que quiera y lo puede hacer desde cualquier parte del mundo y a través de cualquier soporte.
A las empresas también les supone un ahorro bastante importante, por lo que se convierte en una apuesta necesaria en momentos de crisis como en los que estamos. De hecho, los especialistas confirman que quien domine el cloud computing revolucionará la forma de hacer negocio en Internet. Algunas empresas como
Google,
Microsoft y
Amazon ya han empezado a experimentar con él, pero el caso más reciente es el de
IBM que ha 'dejado de lado los ordenadores' para volcarse de lleno en este servicio pero con "
los pies en la tierra"
La nube tecnológica permitirá hacer desaparecer los discos duros o los sistemas de almacenamiento de datos para sustituirlos por el cloud computing, el cajón virtual y digital en el que cabe todo.
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