Desastres de la Naturaleza y Fuerzas Armadas: la UME
viernes 25 de mayo de 2007, 12:29h
Es muy probable que el lector haya oído hablar poco de la UME “Unidad Militar de Emergencias”; de la Defensa NBQ “Nuclear, Biológica y Química”; así como de los “Conflictos y adversarios asimétricos”.
Pero sabe bien que las “armas de destrucción masiva”, las que producen en gran escala destrucción de infraestructuras y de vidas humanas, cuya posesión se achacó a Sadam Huseín, fueron las que justificaron la invasión de Irak por norteamericanos y británicos, dando lugar a la segunda Guerra de Irak.
Si el calor del próximo verano y las actividades de algún pirómano son análogos a los de los últimos años, la UME será noticia frecuente en los Medios de Comunicación españoles, pues tendrán que apagar grandes incendios.
En el actual conflicto que el Hombre del Tercer Milenio sostiene frente a la Naturaleza, se distinguen el deterioro del Medio Ambiente y como una de sus graves consecuencias, el Cambio Climático, en ambas actúa como predador. Y también y los Desastres de la Naturaleza en los que el Hombre se comporta como victima impotente.
La Fuerzas Armadas de muchos países, conscientes de la necesidad de proteger el Medio Ambiente, contribuyen no solo al mantenimiento, sino también a la reposición y regeneración de los recursos naturales.
Los Desastres de la Naturaleza, desde una óptica militar, pueden equipararse a los “Conflictos asimétricos” por las grandes diferencias existentes entre adversarios. El potencial de los Desastres de la Naturaleza no tiene comparación posible con la debilidad del Hombre. Y en relación a los efectos destructivos producidos, hasta el momento, superan a las “Armas de Destrucción Masiva”.
Los Ejércitos participan en las Operaciones de Paz organizadas por Naciones Unidas desde 1956. Como “Cascos Azules” recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1988, y todas las Fuerzas Armadas del Mundo se han capacitado para participar en operaciones bélicas y no bélicas, en las que se utilizan medidas políticas, diplomáticas, policiales y de presión, así como medios militares y de distinta naturaleza, además del potencial efecto disuasorio del posible empleo de la fuerza.
Las operaciones “no bélicas” se emplean en periodos de “crisis”, que producen alteraciones en la vida normal de los ciudadanos, que por su peligrosidad pueden aconsejar a los Gobiernos a emplear medidas de respuesta, en situaciones de emergencia. En España se utilizan los recursos del Ministerio de Defensa, además de los tradicionales del Ministerio del Interior, que cuenta con la Dirección General de Protección Civil y Emergencias, a la que pertenece la Subdirección General de Planificación de Operaciones y Emergencias, y el Centro Europeo de Investigación Social de situaciones de Emergencia.
Las Medidas Preventivas ante los efectos causados por los Desastres de la Naturaleza, tienen por finalidad evitar victimas y sufrimientos. Además, se consideran hoy rentables económicamente. Un euro dedicado a prevenir produce un rendimiento de 15 a 20 euros. La creación de Unidades Logísticas a escala mundial, para auxiliar a los damnificados y reparar los daños, son imprescindibles y serán muy útiles en el futuro. Ahora, las Fuerzas Armadas de los Estados ya han empezado a participar en situaciones de Emergencia de forma organizada. Anteriormente y de manera puntual y esporádica lo han hecho cuando las circunstancias lo requerían, pero sin tener la capacitación y los medios especializados adecuados.
En España el Consejo de Ministros aprobó el pasado 23 de marzo el Real Decreto que regula el Protocolo de Intervención de la Unidad Militar de Emergencias (UME), que cuenta actualmente con 1711 efectivos (206 oficiales, 382 suboficiales y 1123 de tropa) y que estará lista para actuar en la campaña contra incendios forestales de este verano 2007 con unos 150 efectivos instruidos y equipados en cada uno de sus cinco Batallones de Intervención en Emergencias.
Sus misiones son intervenir en situaciones de emergencia graves, tales como inundaciones, terremotos, incendios, riesgos tecnológicos y cualquier otra situación, cuando así lo decida el Presidente del Gobierno. Se organiza en cuatro módulos: Vigilancia y Alerta; Planeamiento, Generación de la Fuerza; y Subsistema de Conducción de la Emergencia.
Las autoridades con competencias en Protección Civil, autonómicas y ayuntamientos, podrán solicitar al Ministro del Interior la colaboración de la UME, Este Ministerio pedirá al de Defensa la actuación de la UME.
En la intervención en la zona de la emergencia, en los niveles de emergencia 0, 1 y 2, las unidades de la UME que actúen lo harán bajo la dirección del Director Técnico de la emergencia, que normalmente será un civil. No obstante lo anterior, las órdenes directas a los componentes de la unidad que intervenga serán dadas por sus mandos directos naturales. En el caso de una emergencia de nivel 3, bajo la dependencia del ministro del Interior, el general Jefe de la UME dirigirá las operaciones a realizar.
Desde el Ministerio de Defensa, se comunicará el inicio y final de la actuación de la UME a la Dirección de Infraestructura y Seguimiento de Situaciones de Crisis de la Presidencia de Gobierno.
La UME está desarrollando un sistema de información propio para la gestión de emergencias y grandes catástrofes a nivel nacional. El Sistema Integrado Militar de Gestión de Emergencias (SIMGE), es uno de los tres grandes bloques en los que se articula la Arquitectura de Referencia CIS de la UME, aprobada por el Jefe de la Unidad, Teniente General Fulgencio Coll Bucher y el Inspector General CIS del Ministerio de Defensa, Carlos Rayo, en junio de 2006.
La UME dispondrá de un centro con toda la información precisa para poder actuar con eficacia ante cualquier emergencia, en las áreas de planeamiento, seguimiento y conducción de las operaciones.
Cuenta la UME con medios y tecnología avanzada para actuar con eficacia y éxito. Su personal tendrá la consideración de “agente de la autoridad” cuando el desempeño de sus cometidos y las circunstancias de la misión lo requieran.
Si fuera necesario podrá utilizar efectivos y medios de otras unidades de las Fuerzas Armadas.
Su primera “Capacidad Operativa” será la actuación contra incendios forestales. La podrá poner en práctica, mostrando su efectividad y rapidez de actuación, durante la campaña de este próximo verano, en que dispondrá aproximadamente de un total de 800 efectivos, distribuidos entre cada uno de sus cinco batallones, para intervenir en misiones de apoyo en la lucha contra este tipo de catástrofes.
Deseamos a esta nueva Unidad Militar de Emergencias UME, muchos éxitos en su ayuda y protección a los ciudadanos españoles en situaciones de peligro o desastre que requieren una acción inmediata.