El tango es la música popular y la danza más representativa de las tierras rioplatenses. Forma parte sólida de la cultura argentina y uruguaya. El tango no es folklore porque entre otras consideraciones posee autores (los músicos y los letristas). Su propio nombre es motivo de discusiones y de diversas tesis sobre las posibles etimologías de la voz tango.
Escribe Roberto Selles que junto con el tráfico de esclavos se embarcó un "ritmo polizón" escondido entre las manos de los negros. Hay investigadores que sostienen que el ritmo nació en las costas de Guinea, en una zona de fuerte tráfico esclavista y que en algunas lenguas africanas bailar es tangu o tiangu. Un poco más al norte de Guinea bailar es dongo y tomton o tamtango es tambor. Para intentar un acercamiento al origen de la danza llamada tango hay que visitar muchos autores como Vicente Rossi, Carlos Vega, Lauro Ayestarán, León Benarós, Ventura R. Lynch, Cédar Viglietti, José S. Tallón, Andrés M. Carretero, Tulio Carella y Jorge Luis Borges porque no hay acuerdo. Unos están a favor del aporte negro en su gestación y otros en contra.
El prof. Daniel Vidart resume las tesis en tres. Una que viene avalada por Vicente Rossi que sostiene que tango era el nombre que daban los africanos a sus instrumentos de percusión. Por eso, en época colonial había una total equivalencia entre "los tangos de los negros" y "los bailes de los negros". Una segunda etimología ---también de fuentes africanas--- afirma que tango viene de la voz tang, que en una de las lenguas habladas por los negros esclavos significaba: acercarse o tocar algo con la mano. La tercera etimología es de raíz hispánica. La voz tango derivaría de tangir, que en castellano antiguo era tañir, tocar un instrumento, del latín tangere.
Oculto, difuso, disperso, el origen del tango postula el primero de sus enigmas. Tango andaluz y habanera, milonga, candombe, entretejen morosamente sus hebras para engendrarlo pero no bastan para explicar el misterio. El tango siempre quiso, obstinadamente, hablar por sí mismo.
José Wainer y Juan José Iturriberry
La posible paternidad del tango-danza estaría dividida entre cuatro progenitores: a) el candombe; b) la milonga; c) la habanera; d) el tango andaluz. Hay que decir que los primeros tangos aparecen en 1880, aún que aquellas primeras melodías no eran lo que hoy se entiende por tango. Había dos clases de tangos. Uno venía de la zarzuela, del tango andaluz y otro venía de la milonga, era el tango arrabalero. Fue a partir del año 1855 que el público rioplatense comenzó a disfrutar con la zarzuela española fue Santiago Ramos, miembro de una compañía de zarzuela que actuaba en Buenos Aires, el que tuvo la idea de incluir en un espectáculo un tango con letra criolla sobre una melodía de aires muy andaluces. Para su creación titulada Tomá mate, che, toma como modelo un cielito del poeta Bartolomé Hidalgo.
Cielito, cielo que sí,
guárdense su chocolate:
aquí somos puros indios
y sólo tomamos mate…
Tomá maté , tomá mate,
tomá mate, che, tomá mate,
en el Río de la Plata
No se estila el chocolate…
La canción fue cantada por el propio Santiago Ramos el 22 de octubre de 1857 dentro de la comedia "El gaucho de Buenos Aires" donde hacía el papel de compadrito. Puede aventurarse entonces que el tango criollo nació este día en la voz de un actor extranjero.
Manuel Suárez Suárez
En aquella esquina montevideana