Sí, ya sé que Griñán ha dicho que nanai aunque ha dejado claro que sólo se presentará como candidato a las autonómicas del 2012 si tiene el respaldo unánime del PSOE-A, y que incluso Chaves, que en cualquier momento podría ser su gran rival, ha declarado en público que en Andalucía no hacen falta primarias. Está por lo tanto medianamente claro que aquí abajo tendría que ocurrir toda una catastrófica debacle en las municipales para que alguien saliera del armario (en el buen sentido del escondite, claro) y planteara una candidatura alternativa a la del actual presidente de la Junta y secretario general del partido. Así que no se preocupen que no va a producirse ninguna guerra como la de Madrid, que tanto juego nos ha dado a los periodistas. Pero ni en el PSOE ni en el PP, ni siquera en Izquierda Unida, donde sus actuales líderes están atornillados al sillón y no hay quien los mueva, de momento. Aunque aún queden casi dos años para las elecciones andaluzas, todos sabemos que el pulso electoral del 2012 va a estar entre el bipartidismo de Pepe Griñán y Javier Arenas y que, como ocurre a nivel nacional entre Rodriguez Zapatero y Mariano Rajoy, son muchos los que piensan que podría haber mejores candidatos.
Y es que esto de las primarias conlleva siempre un riesgo que los dirigentes apoltronados no quieren asumir, el riesgo de poder perderlas. Hombre con las primarias pasa como con los referéndums en los regímenes totalitarios, que se hacen para ganarlos y, a ser posible por casi unanimidad, Pero claro, después ocurre lo que ocurre. Lo que le ha pasado a Zapatero con Tomás Gómez y entonces todas las posibles virtudes de este proceso democrático, tan encomiadas por los dirigentes socialistas, se van al carajo.
Pero volvamos la vista a Andalucía. Aquí abajo, mientras en el PP el liderazgo de Arenas parece estar por encima del bien y del mal, entre otras cosas porque no se ha permitido en los últimos años que salga nadie que le pueda hacer sombra alguna, en el PSOE no ocurre lo mismo. La renuncia de Chaves a la Secretaría General del partido tras verse obligado por Zapatero a abandonar la Presidencia de la Junta de Andalucia e irse a Madrid, provocó un verdadero terremoto en la estructura del PSOE andaluz. Pepe Griñán dio un golpe de estado y no sólo se hizo con el liderazgo en el Gobierno, donde habia sido colocado a dedo por Chaves, sino que modificó toda la Ejecutiva del PSOE andaluz, desterrando a los grandes "popes" del partido (Gaspar Zarrías, Luis Pizarro, González Cabañas) y colocando en su lugar a jóvenes promesas (Rafael Velasco, Susana Díaz o Mario Jiménez) con escaso bagaje polïtico, con escaso mando y con menor apoyo de las ejecutivas provinciales.
Por todo ello, existe un cierto malestar entre las bases socialistas que no acaban de ver clara la candidatura de Pepe Griñán a la Presidencia de la Junta de Andalucía en las elecciones del 2012. Los resultados que se produzcan en mayo del próximo año, en los comicios municipales, van a ser determinantes a la hora de plantear unas posibles primarias en Andalucía. Y estoy casi convencido de que será el propio Griñán quien las plantée si surgen voces, que surgirán si como es más que previsible los resultados del 22-M son desastrosos para los socialistas andaluces, que pongan en duda su liderazgo. Al tiempo. Quizás el líder de la oposición, Javier Arenas, debería de tener en cuenta estas posibilidad para evitar que en su partido crezcan las malas yerbas o, ¿por que no? para fomentar posibles futuros relevos, que nunca se sabe dónde podría acabar "el niño" si en 2012 Mariano Rajoy consigue hacerse con el Gobierno de España.