La empresa finlandesa Botnia decidió instalar su planta de celulosa en Uruguay, la que generó el peor conflicto en décadas con Argentina, debido al pedido de "comisiones muy altas" en el país, según un libro que será publicado próximamente y del que se conoció un adelanto.
El ex vicepresidente uruguayo Luis Hierro López fue informado en 2001 por el vicepresidente de Botnia, Timo Piilonen, del interés de la empresa de instalarse en Uruguay.
"No nos radicaremos en Argentina porque las comisiones (coimas) que hay que pagar allí son muy altas", le dijo el empresario a Hierro, según el libro "La ruptura. Historias secretas del conflicto con Argentina" del periodista Martín Pintos, del que el semanario Búsqueda reveló algunos apartes.
"Hierro confirmó para esta investigación en todos sus términos que Piilonen le expresó que en Argentina les habían pedido comisiones, léase coimas, para instalar allí el proyecto", agrega el autor.
Tras la reunión con el empresario, el vicepresidente llamó al presidente uruguayo Jorge Batlle (2000-2005) para comentarle lo ocurrido. "Ya estuvieron conmigo y me dijeron lo mismo", le respondió Batlle a Hierro, según el libro.
El autor advierte que ni Batlle ni Carlos Faroppa, asesor de Botnia durante la negociación con el Gobierno uruguayo, admitieron conocer el pedido de coimas en Argentina.
"Yo siempre supe que el lugar que habían elegido para instalarse iba a ser un problema", dijo el ex presidente uruguayo, que intentó convencer sin éxito a los empresarios de Botnia para cambiar el lugar elegido.
La planta de celulosa de la ex Botnia (hoy UPM) fue levantada en la ciudad de Fray Bentos, a orillas del río Uruguay, límite natural entre ambos países y frente a la ciudad argentina de Gualeguaychú.
Su construcción supuso la mayor inversión en la historia de Uruguay, 1.800 millones de dólares, y derivó en un conflicto de seis años incluido un juicio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya.
El libro también revela "enojos" cruzados y la suspensión de por lo menos dos encuentros entre los ex presidentes Tabaré Vázquez, de Uruguay, y Néstor Kirchner, de Argentina, durante los años del conflicto molestos por actitudes recíprocas.
Según Pintos, en medio del conflicto el ministro de Planificación de Argentina, Julio De Vido, le propuso a Kirchner "cortar" el suministro de gas y electricidad a Uruguay "para complicarle la cosa".
La propuesta fue desestimada por el entonces jefe de Gabinete argentino, Alberto Fernández, para evitar que "el problema se agudice".
Las relaciones con Argentina comenzaron a normalizarse tras la asunción de José Mujica como presidente en Uruguay, el pasado 1 de marzo, y luego de varios encuentros con la presidenta argentina Cristina Fernández