Tengamos la huelga en paz. No entramos en si es o no es inevitable. Apostamos por la libertad de cada persona para expresar con su actitud, en esta jornada, la comprensión o el rechazo a la reforma laboral decidida por el Gobierno.
Hoy España es un laboratorio en que se analiza, en vivo y en directo, la musculatura de una sociedad. Las noticias que vamos recogiendo, desde la madrugada, hablan de pequeños incidentes, de alguna tensión en el sector del transporte, pero básicamente de normalidad. Y es a lo que llamamos: a que una situación excepcional, como es una huelga general, se inscriba dentro de la normalidad. Pueden parecer cuestiones contradictorias, pero no lo son. Puede parecer un brindis al sol, pero también se trata de un tributo a la realidad. No hablamos ni de izquierdas ni de derechas, y mucho menos de buenos o de malos, sino de una sensibilidad social que saca a flote su rechazo, su clamor, su grito, frente a lo que considera injusto.
Hoy, en “Protagonistas”, tenemos abiertos los micrófonos a lo que dice la calle, a lo que quieren expresar nuestros oyentes, al clamor de la realidad… Insistimos en que lo que hoy está en peligro en España es la libertad de millones de ciudadanos… Millones de personas que cuestionan, por anacrónico, el modelo actual de sindicalismo.
Y no nos olvidamos en esta mañana de quienes no pueden hacer huelga, aunque la quisiesen hacer: de los cuatro millones de parados para quienes este último miércoles de septiembre es un día más, otro LUNES al sol. Si esas personas saliesen a la calle, con la mano en el corazón, se produciría el gran colapso de nuestra realidad, sin piquetes y sin silicona.