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Obama se la juega

Obama se la juega

domingo 26 de septiembre de 2010, 18:59h
Hay personajes que tienen mejor imagen fuera de sus países o de sus zonas de influencia que dentro de ellas. Algo de eso le pasa a Patxi López. Y si cuenta con amigos y compañeros como Zapatero, todavía le puede ir peor. Lo mismo le sucede a Woody Allen, cuyo fantástico cine tiene más reconocimiento y aprecio en Europa que en Estados Unidos. Y algo de eso le está sucediendo al presidente Obama, un líder carismático en todo el mundo y una figura en riesgo en Estados Unidos. Señalan los expertos que las próximas elecciones parciales del 2 de noviembre pueden hacerle perder la mayoría al Partido Demócrata en el Congreso, lo que sería un golpe muy duro para el presidente. Los demócratas no dudan de que van a perder, sólo se preguntan cuántos escaños van a irse a los republicanos.

En menos de dos años, Obama ha perdido buena parte de su crédito y no ha logrado ningún triunfo espectacular. La lista de problemas es muy grande y los logros escasos. La guerra de Afganistán sigue costando no sólo inversiones millonarias sino cientos de vidas y no parece que se esté cerca de ninguna solución real. Irak es otro agujero negro de la política norteamericana y la zona, se vayan o no las tropas norteamericanas, un polvorín. No se ha cerrado Guantánamo con todo lo que ello significa. La economía no arranca, el desempleo está en el 9,6 por ciento –casi el doble de lo habitual- y no ha servido para nada el macroplan de estímulo a la economía, hasta el punto de que ahora el presidente vuelve a anunciar otro plan millonario en inversiones. La competitividad de Estados Unidos se resiente y ya no es el primer país del mundo ni el segundo, sino el cuarto. El número de pobres crece y supera el 14 por ciento de la población, el mayor aumento en 51 años, La reforma sanitaria, que tanto coste político tuvo, no ha hecho bajar los seguros privados; al contrario, han subido, un síntoma de que los norteamericanos no creen en el cambio o no se fían del sistema público. La comunidad hispana o latina, fundamental en la victoria de Obama, sigue esperando hechos y no gestos. Hasta le han dimitido sus principales asesores, los responsables del plan para luchar contra la recesión y estimular el crecimiento

Si Obama no endereza pronto su rumbo, las dificultades pueden multiplicarse. Y los votos no los ganará en Europa o en otros lugares sino en casa. O tendrá que acostumbrarse a negociar las reformas pendientes. No se puede gobernar sólo con la imagen o el marketing ni el talante basta para salir de la crisis, pero sería malo para Estados Unidos y para el mundo que lo que Obama parecía significar acabara en un desastre, porque, tal vez, quien le sustituya puedan acabar con todas las esperanzas.
francisco.muro@planalfa.es  
 
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