Con la música de "El barquito chiquitito", la 'bicicletada' agi-prop sindical sorprendió a las fuerzas de seguridad que custodian la puerta de los leones -y su contenido interior- en la Carrera de San Jerónimo. Casi un centenar de ciclistas, escoltados por la Policía Municipal, practicaban un curioso tour por el madrileño 'barrio de las letras', con parada incluida en la puerta del Congreso de los Diputados cuando arreciaban los ecos de los rifirrafes de la sesión de control.
La cabecera -el coche los municipales de Gallardón- frenó su marcha de a 10 por hora al ver que los ciclistas cesaban de pedalear y cantaban a coro en grito frente a la verja que separa dos formas de vida, dos especies distintas: "Hacía falta ya una huelga, una huelga; hacía falta ya una huelga general". De los cantarines, unos llevaban chalecos de los 'cocos'; otros, de los 'ugetés', los cuales eran menos, pero muchos más gritones: pedían incluso 'dimisiones' -ilusos-. Llamaban a sus señorías a la huelga general -¿más? El hemiciclo estaba semidesierto, es de creer- a apenas unos metros de la puerta de los leones.
Habían cogido con la guardia baja a los guardias, custodios de ese bien nacional que llamamos 'diputados' y que se miraban atónitos ante la osadía -ronca ya- de la agrit-prop sindical. Y en esto que salió Llamazares y en esto que se lió a dar manos a unos y a otro, a otros y a uno, a todos los ciclistas protestotes ante la mirada implacable de los de la UIP's.
Los antidisturbios les dejaron hacer unos minutos -el comisario pedía instrucciones: los 'ugetés' se demoraron más que los 'cocos'- y a un 'vale ya chicos', los municipales de adelante arrancaron a su diez por hora y el resto a pedalear para llevarse la música a otra parte. Los de la embajada de México, en los pares de la Carrera de San Jerónimo -vaya sitio para colocar una embajada-, se miraban divertidos mientras Llamazares, con más brazos que un pulpo, no daba abasto para tanto estrechar manos.
La siguiente parada fue en Neptuno, cerca de cuya fuente una veintena - o así- de agit-prop a lo fray Papilla repartía ricos chorizos -fabricados con material del animal de bellotas, no de la Gürtell ni de la Pretoria ni de la Brugal ni de la…- a todos los que acercaban para recibir información de la huelga general del 29-S. Chorizos, lo que se dice chorizos, hubo para todos. O así.