El agua, elemento natural del Medio Ambiente imprescindible para la vida de los seres humanos, de los vegetales y animales, sabemos que se distribuye en el Planeta Tierra de forma “especial”. El 94% del total existente es salada y forma los mares; el agua dulce, de la superficie terrestre y de la atmósfera, solo es el 0,03%; y que a su vez, el agua de la atmósfera solo alcanza el 0,001% y la de lagos y ríos el 0,00015%.
Empezaremos a comprender con ello, que existen congéneres que carecen de agua potable y de los sufrimientos que les causa esa deficiencia. Y también, el gran fallo de Naciones Unidas, cuando en el año 2000 no la incluyó como uno de los Ocho Objetivos del Milenio, aunque luego haya tratado denodadamente de corregir tan grave error, para que exista agua potable en todas partes que sea necesaria.
Pero además, el agua tiene la característica de ser imprescindible para la vida, con propiedades curativas, beneficiosas y termales. Así mismo, el agua potable infectada es productora de enfermedades estomacales y de epidemias contagiosas. Como elemento destructor, es capaz de transformarse en una dilatada lista de Desastres Naturales meteorológicos e hidrológicos: nieve, lluvia intensa, granizo, tormentas e inundaciones.
Este Desastre Natural ha afectado duramente a varias zonas del Globo durante este verano del 2010. Una de ellas ha sido Pakistán que lo sufre desde hace quince días. Veinte millones de sus habitantes soportan los daños de este desastre que ha inundado la quinta parte de la superficie de su territorio, con una extensión como la del conjunto de Austria, Bélgica y Suiza.
Como los daños van en aumento y las ayudas no tienen lugar al ritmo urgente que se requiere, Naciones Unidas ha convocado una reunión de urgencia de la Asamblea General el jueves 19 de agosto. El Secretario General Ban Kimon ha calificado la situación de “maremoto a cámara lenta” y como “una gran prueba de la solidaridad global de nuestro tiempo”. Cinco millones y medio de personas están sin casa. Y sin refugio todavía cuatro millones. La urgencia de tiendas de campaña y de plásticos, es tan grande como la necesidad de agua potable, comida y medicinas para ocho millones de damnificados.
Según muchos cronistas Pakistán está celebrando el 63 Aniversario de su Independencia (14/08/2010) con un vestido de generalizado luto. Alguno lo ha calificado como un “Estado nuclear, fallido, con un 50% de analfabetos, inundado y a la deriva”. Ojalá se equivoquen y la ayuda occidental se materialice pronto y logren evitarlo. Pero los argumentos que mencionan para describir esta negativa situación, son transcendentales y de no fácil y rápida solución. He aquí algunos de ellos:
- Las riadas han arruinado la vida de millones de personas al desaparecer cosechas que estaban a punto de recogerse, ganados en un 50%, viviendas y enseres. La recuperación y reconstrucción no se vislumbra en un corto plazo.
- Han florecido e intensificado tensiones sociales y raciales, causadas por la falta de alimentos, y del descontrol político del Gobierno sobre extensas zonas que están siendo ocupadas por grupos extremistas, talibanes pakistaníes.
- Las zonas más castigadas por las aguas son las menos desarrolladas del país y con mayor índice de analfabetismo. En ellas proliferan los movimientos extremistas y separatistas. La zona céntrica de Punyab, la más rica del país ha sido la menos afectada. Sus ingresos por habitante doblan las de regiones paupérrimas como Khyber Pakhtoonkhwa en la frontera Noroccidental con Afganistán y son las que están anegadas por las aguas. Allí tienen sus bases los talibanes afganos y pakistaníes. Las comunicaciones por carretera y los caminos, completamente destruidos, son un obstáculo para distribuir la ayuda. Las conducciones eléctricas y de gas están afectadas.
- La recluta de jóvenes entre los talibanes se ha intensificado para huir del hambre. Además, los islamistas propagan la idea de que las inundaciones son un castigo de Alá contra el Gobierno por su corrupción. Los independentistas de Beluchistan han arreciado sus deseos de secesión esperando que estas inundaciones les sirvan para lograrlos, como lo consiguió Bangla Desh, en análogas inundaciones ocurridas hace 60 años.
Ante esta dura y difícil situación, El Secretario General de Naciones Unidas visitó Pakistán en los primeros días y solicitó ayuda urgente por la cantidad de 365 millones de euros para primeros auxilios. El 19 de agosto la ha reiterado en una Asamblea General de urgencia, como se ha indicado.
Las ayudas han comenzado a llegar aunque no al ritmo deseado. Como ciudadano europeo me ha parecido que la Unión Europea ha actuado con premura y con eficacia. Por supuesto que ante un Desastre Natural la Comunidad Internacional tiene la obligación moral y material de ser solidaria con una demostración de cooperación internacional. Pero no solo con ayuda monetaria.
Naciones Unidas ante la conflictividad reinante en la pasada década de los años 50, con la invasión de Corea del Sur por la comunista del Norte, creó las “Fuerzas de Emergencia de las Naciones Unidas (FENU) que intervinieron por primera vez en el Canal de Suez en 1956. Se les conoce como “Cascos Azules”. Recibieron el Premio Nobel de la Paz en 1988. Hoy están presentes en todas las zonas conflictivas.
Pero es bien cierto que la ONU como todavía no dispone de una organización de “Cascos Verdes” análoga a los Azules que cuentan con 54 años de experiencia en operaciones de paz, no puede hacer que los Estados envíen “Cascos Verdes”, ni tampoco ayudar a los Gobiernos a crear "Gabinetes de Crisis" para dirigir y coordinar las operaciones de rescate, distribución de alimentos, de agua, organizar la sanidad, etc.
La Unión Europea ha demostrado ante este Desastre Natural que el Tratado de Lisboa se consolida con pasos firmes. Y así, hace unos meses ya nos ha informado a los 500 millones de europeos y al resto del mundo, que la Diplomacia Europea ya está organizando Embajadas Europeas, y que en este doloroso acontecimiento, la ayuda europea se haya presentado conjuntamente por los 27 Estados miembros que la componen. La idea tan claramente expresada por la Cancillera Alemana Merkel
de que “la presencia independiente de cada uno de los Estados europeos no tiene peso especifico en la política internacional, en cambio, todos unidos tenemos el peso de una gran potencia. Ha sido un éxito de la Comisión Europea presidida por Durao Barroso.
La Unión Europea ha donado 70 millones de euros. La primera ayuda fue de los Estados Unidos con 55 millones. Ante la última llamada de la Asamblea General estas cantidades pueden aumentar. Sería deseable que la Unión Europea creara y se adelantara a la ONU en enviar Cascos Verdes europeos y Gabinetes de Crisis para actuar en este caso concreto y posteriormente, con la experiencia adquirida, lograra convencer a la ONU de la necesidad de organizarlos a nivel mundial.
Se habría obtenido una mejora operativa en estas dramáticas situaciones como confirmación de que “el dinero es necesario pero no suficiente”. Hay que ayudar también con otros recursos, humanos y organizativos. La Organización Internacional para las Migraciones ha empezado a encargarse de la logística de los refugiados. ¿Será suficiente? Hasta ahora solo ha dado cobijo a un millón de personas-
¿Dejarán los Pakistaníes que se les ayude? Los talibanes y algunas organizaciones caritativas islámicas les están pidiendo que rechacen la ayuda occidental. Argumentan que luego querrán intervenir en su religión y costumbres.
Pakistán es un hecho histórico del que se obtendrá muy interesantes consecuencias sobre la Cooperación Internacional con la finalidad de hacerla más eficaz y rentable.