Si ayer criticaba a la ministra
Aído por haber estado desaparecida en el conflicto entre España y Marruecos, sin defender a las mujeres policías que son víctimas del machismo repugnante de quienes han hecho un fotomontaje con sus fotos, hoy tengo que decir que la ministra ha dado un paso al frente y aunque sea a través de un comunicado ¡por fin¡ se ha puesto al lado de las funcionarias policiales.
Eso si, el comunicado ha llegado apenas veinticuatro horas antes de que los misteriosos activistas que colocaron los carteles hayan decidido retirarlos. Esto último si que es una buena noticia, como lo es también que hayan roto el bloqueo que venía manteniendo sobre Melilla.
Ya sea la visita del Director de la Policía y de la Guardia Civil
Francisco Vázquez o de otras gestiones diplomáticas que se hayan podido llevar a cabo, lo cierto es que el prime repaso para que vuelva la normalidad sin duda pasaba por la retirada de esos carteles en los que se denigraba a las funcionarias policiales españolas.
Pero volviendo al comunicado de la ministra de Igualdad, dice, entre otras cosas, que "se tomaran medidas oportunas ante cualquier cuestionamiento de la autoridad por razón de sexo para que ninguno de estos incidentes quede impune".
No sé en que van a consistir esas medidas, pero debería de empezar a ponerlas en marcha ya que es evidente que el conflicto político esta aderezado de machismo. Hay hombres que no soportan que las mujeres ostenten ninguna autoridad. Pero es que además la exhibición de esos carteles, de esos fotomontajes son un ataque a la dignidad de las funcionarias policiales, que la ministra y el resto del gobierno están obligados a denunciar y a no tolerar.
Seguramente el director general de la policía española así se lo habrá hecho entender a sus homólogos en el ministerio del Interior de Marruecos. Y es que la visita del ministro
Rubalcaba a Rabat habría sido harto complicada si los esos carteles vejatorios para nuestras funcionarias policiales se hubieran continuado exhibiendo.
Y por favor que las autoridades marroquíes no ofendan la inteligencia de los ciudadanos españoles alegando que son organizaciones civiles las que llevan la voz cantante de las protestas contra las funcionarias españolas y que por tanto esos carteles nada tienen que ver con su gobierno. Lo son, claro que lo son. Es innegable la responsabilidad directa de las autoridades marroquíes en todo el asunto. Marruecos no es una democracia al uso y nada sucede sin la mirada complaciente de sus más altas autoridades.
En cualquier caso las relaciones entre España y Marruecos han sufrido un revés innegable por más que el gobierno crea que para rebajar la tensión es mejor hacer como que no pasa nada y hacer gestiones tan extremadamente discretas que nadie se entera. El problema es que a veces la prudencia se puede confundir con debilidad y eso es un mal mensaje en política sobre todo en determinadas circunstancias. No se trata de sacar pecho y ponerse en actitud amenazante pero si en dejar claro a nuestro amigo del sur, que hay situaciones y actitudes intolerables.
En medio de todo éste lío, además de las declaraciones y del paseo de
González Pons por Melilla,
José Mª Aznar se ha desplazado también a la ciudad autónoma provocando las iras del gobierno.
Desde el ejecutivo le acusan de deslealtad y desde el PP se responde que Melilla es territorio español y que cualquier español puede ir a cualquier lugar del territorio nacional sin dar explicaciones. Esto es verdad pero sin olvidar las circunstancias. Es decir por más que nos empeñemos es evidente que la situación de Melilla no es la de La Rioja. Debería de ser igual, si, pero no lo es. Melilla está rodeada por Marruecos por todas partes y Marruecos reivindica Melilla.¿Tiene Marruecos razones políticas, históricas y jurídicas para reivindicar Ceuta y Melilla? La respuesta es que no, pero lo hace.
Quizá entre la actitud del PP y la del gobierno hay un terreno en medio. Ni hace falta sacar pecho como hace el PP, ni tampoco ser tan pusilánime como es el gobierno. Insisto en ese termino medio en que Marruecos sepa que España hay cosas que no va a tolerar, dicho con diplomacia pero con firmeza.
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