Los trabajadores de la compañía de autobuses han adoptado esta medida "para no perjudicar" a los cerca de 12.000 pasajeros que se verán afectados por los paros convocados. Asimismo, los sindicatos confían en poder "enfriar los ánimos" de los empleados de la empresa que "se estaban calentando".
Al mismo tiempo, la asamblea prevista para el día de mañana queda pospuesta para "la próxima semana o finales de mes", ante las dificultades de coordinar a todos los centros de trabajo de la compañía.
Los trabajadores denuncian que, en la actualidad, no existe ningún tipo de contacto con la empresa desde finales de junio y reprochan que no les ha comunicado su disposición a negociar.
"Nos hemos enterado por los medios que las conversaciones se retomarán en septiembre, como si estuvieran de vacaciones", argumentaron las mismas fuentes.
Por su parte, fuentes de indicaron que la compañía se mantiene abierta a negociar cualquier aspecto con los trabajadores, "como lleva haciendo desde el pasado mes de abril", cuando comenzó el conflicto entre ambas partes. "Todo depende de los sindicatos. No estamos de vacaciones, nosotros seguimos dando servicios a nuestros clientes", alegan.