"A mí las confrontaciones que me gustan son las de las ideas, las de los programas y propuestas y es el terreno que pido para las actuaciones de mi partido", ha señalado
Ruiz-Gallardón después de visitar las obras de una escuela infantil y admitir las preguntas de los periodistas.
Las declaraciones se producen días después de que el consejero de Presidencia, Justicia e Interior,
Francisco Granados, dijera sobre la ministra de Sanidad que de su candidatura en 2003 para el Ayuntamiento de Madrid sólo recordaba "la chupa de cuero que llevaba".
Sin referirse explícitamente a las declaraciones de Granados, Gallardón ha insistido en que no entrará "en ninguna descalificación hacia las personas" porque "no es el mecanismo". "De mí sólo oirán críticas a las propuestas si creo que no son buenas para los madrileños pero no críticas a las personas, sea quien sea el que asuma las candidaturas, tanto del PSOE como del resto de partidos que concurran a las elecciones", ha asegurado.
El regidor ha subrayado que los partidos políticos deben ser "respetuosos" con los procedimientos de sus adversarios a la hora de elegir candidatos. "De igual modo que nosotros exigimos respeto para el partido, nosotros tenemos que practicarlo también", ha remarcado el 'popular'.
Después de recordar su relación de parentesco, el primer edil madrileño ha destacado de
Trinidad Jiménez que durante su paso por el Ayuntamiento ejerció una oposición en la que, desde la discrepancia ideológica, siempre encontró "una colaboración leal en todas las propuestas institucionales planteadas desde el Gobierno".
Sobre el secretario general del PSM,
Tomás Gómez, Ruiz-Gallardón ha dicho no tener una experiencia "tan intensa" a pesar de haberse conocido cuando el primero era alcalde de Parla y él presidente de la Comunidad de Madrid.
Lissavetzky y Lucas
Sí que se ha extendido más al hablar del secretario de Estado para el Deporte,
Jaime Lissavetzky, el nombre que más suena en este momento en las quinielas sobre quién disputará en el PSOE la Alcaldía de Madrid. De él ha dicho que ha tenido oportunidad de tenerle en su vida política, tanto "enfrente" como "al lado". En el primer caso, cuando el 'popular' ocupaba la Presidencia regional y Lissavettzky era portavoz socialista en la Asamblea y, en el segundo, con motivo del "esfuerzo extraordinario" en la candidatura olímpica de Madrid 2016.
El alcalde ha dicho que tiene de él "un profundo respeto personal y una muy buena relación" y que "si llega a ser candidato" se producirá un debate ideológico "bueno y enriquecedor". También ha tenido comentarios similares para el portavoz socialista en el Ayuntamiento de Madrid,
David Lucas. "Jamás hemos tenido confrontaciones más que las estrictamente ideológicas y creo que es la forma de hacer política", ha manifestado.
Todo ello para insistir en que éste sería un buen momento para la "pedagogía", algo que dijo que hay que hacer desde el PP al ser "partido de gobierno y el partido que gobernará España tras las próximas elecciones". Lo que tiene claro es que "no es el momento para aprovecharse de las circunstancias y romper las reglas del juego" y no sólo porque "no entra en las actitudes elegantes sino al ir más allá, al trascender la estética para entrar en la ética".