Fiel a su fama de dirigente prudente y poco dado a las sorpresas, Mariano Rajoy todavía no ha decidido si el PP va a celebrar el XXVII Congreso Nacional a finales de 2011 para proclamarle de forma oficial candidato electoral a la presidencia del Gobierno, tal y como se barajó durante el polémico cónclave de Valencia de junio de 2008, en el que fue designado presidente del PP y en el que surgió un sector crítico que intentó ‘moverle’ la silla.
Si, como se espera, el PP logra un abrumador éxito en los comicios autonómicos y municipales de mayo del 2011, el cónclave serviría para reforzar su imagen y para procalmarle con todos los honores candidato a las generales que, si Zapatero no se ve forzado a adelantarlas, se celebrarán en marzo de 2012.