Explican que todos ellos consideran que tanto las pruebas del juicio como su presunta culpabilidad o inocencia "están siendo utilizadas como objeto de debate político entre los diferentes partidos y medios de comunicación". En opinión de los acusados se olvida que están en juego hasta 40 años de privación de libertad en algunos casos por unos hechos de los que se consideran "absolutamente inocentes".
A su entender la citada presión está impidiendo "un debate sereno en las diferentes sesiones de la vista oral" hasta el punto de que "la presunción de inocencia de la que gozan se ha transformado política, mediática y, por ende, socialmente, en presunción de culpabilidad".
Todo esto ha provocado en su ánimo, añaden, "una desesperación tan grande que han decidido que prefieren morir a seguir sufriendo" con lo que se declaran de forma indefinida en huelga de hambre.
Ruegan también que esta decisión no sea utilizada de forma "maliciosa" y destacan, en referencia a que la iniciativa partió de los considerados autores intelectuales de los atentados, que no hacen esto "porque otros lo hagan" o por implicaciones políticas o religiosas.
"Ellos, que siguen condenando el atentado sufrido en Madrid del que les acusan, simplemente han perdido la esperanza en la justicia", explican los letrados. Los abogados agregan que ellos, que continúan confiando en su inocencia, no comparten la decisión pero la respetan y seguirán ejerciendo su defensa con tanto o más esfuerzo y dedicación que el primer día.
'El Egipcio' y Belhadj abandonan la huelga de sed
Por otra parte, los acusados de la autoría intelectual de los atentados Rabei Osman El Sayed, alias "Mohamed El Egipcio" y Youssef Belhadj anunciaron a través de un escrito realizado a mano que renuncian a la huelga de sed que iniciaron junto a otra de hambre el pasado jueves. Explican que han decidido renunciar principalmente "en señal de respeto y agradecimiento a sus abogados" debido "a todo el esfuerzo que hacen, sobre todo desde la perspectiva humana".
Los dos huelguistas muestran también "su respeto al tribunal" confiando en que "al final se hará justicia" y explican que su intención nunca ha sido la de presionar a la sala o lograr que se suspenda el juicio.
Según aseguran quieren manifestar a través de esta acción "la extrema y profunda indignación que sienten" y mostrar sus temores -"bien justificados", añaden- a que haya una "sentencia política en lugar de judicial", influida por "la alarma social que se alimenta a diario" en su contra "de forma infundada e injustificada".