Uno puede llegar a entender, aunque no compartir, que los impresentables de ERC y los aprovechados de CíU, voten a favor de la prohibición de la fiesta de los toros en Cataluña por aquello de distinguirse de cualquier síntoma españolista. Lo que no entiendo ni comparto es que Los Verdes andaluces le hagan el juego y pretendan iniciar en Andalucía una cruzada antitaurina similar. Tanto el ex diputado Francisco Garrido como el portavoz de Los Verdes en Andalucía, Mario Ortega, en lugar de preocuparse por el deterioro de las playas, la contaminación o el desmadre urbanístico, han comprobado que la polémica antitaurina tiene bastante eco mediático en Europa y quieren apuntarse al carro para darse a conocer y conseguir así lo que no logran en las urnas. Dado que Garrido ya presentó en su momento una iniciativa en el Congreso de los Diputados denominada Proyecto Gran Simio para reconocer derechos a chimpances, gorilas, orangutanes y bonobos, no es de extrañar que continúe en la brecha defendiendo ahora al toro bravo de las agresiones de los matadores, picadores, banderilleros y ganaderos que los crian, los cuidan y los miman aunque ello suponga la extinción de la raza y, de paso, mandar al paro a miles de trabajadores que subsisten en nuestra comunidad gracias a la fiesta de los toros. Espero que la iniciativa de Los Verdes quede sólo en eso, en una mera anécdota como anecdótico el es partido al que ambos políticos representan
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