La veterana compañía madrileña Morboria Teatro celebra su veinticinco aniversario de actividad y para ello ha elegido uno de los montajes más queridos y premiados de su amplia trayectoria en servicio del arte de
Talía:. 'Sueño de una noche de verano'.
Tras una larga gira de varios meses, que ha incluido su paso con éxito por numerosos festivales, ahora le toca doctorarse o tomar la alternativa, como los buenos coletudos, en la plaza más difícil y exigente, donde tantas veces ya sabe lo que es triunfar: Madrid.
En concreto, en el Teatro Alcázar ( calle Alcalá 20 ), bajo una de las productoras con mayor dedicación al teatro de calidad: smedia. De esta manera, con Morboria llegan las hadas, los enamorados, los duendes, los sueños -pero también la realidad-
Llegan el amor y la magia. En definitiva, señoras y señores, con ustedes, nada más y nada menos que Sir William Shakespeare. Y lo hace no sólo con su creación más lúdica y divertida, sino también con el intento, ya logrado a lo largo de la gira de transportar al espectador a ese mundo de fantasía que parece estar escrito para que ellos le dieran vida.
Estremecer la sensibilidad del público
Para ello, cuenta con un elenco de actores de más que contrastada calidad y una puesta en escena con mucho cuidado y esmero en el intento de continuar en Madrid conquistando al público, de estremecer sus fibras sensibles en lo que confía sea autentico deleite para los sentidos.
En ello ha estado
Eva del Palacio, responsable máxima de la adaptación y dirección de esta obra, que cuenta entre su reparto con un amplio grupo de profesionales encabezado por
Fernando Aguado, Eva Del Palacio, Alvaro Aguado, Pedro Olivera, Ana Belén Serrano y
Ana Burrel.
'Sueño de una noche de verano' es una las mejores comedias de
Shakespeare, que pertenece al grupo de las llamadas comedias románticas, siendo la pieza más singular y popular, con una trama llena de enredos y equívocos que culmina en un final feliz.
En ella conviven y armonizan el mundo real y el sobrenatural, el deseo y la razón, la cordura y la locura, en una mezcla de tradiciones que Shakespeare reinventa y transforma para crear un mundo de ensueño, lúdico, rico en posibilidades escénicas, que da vida al contraste entre imaginación y realidad.
Con una trama, llena de enredos y malentendidos que al final consiguen culminar en un final feliz, en ella conviven el mundo real y el sobrenatural, el deseo, la razón, la cordura y la locura, eternas dicotomías que Shakespeare manejara con mestría y transformara creando un mundo imaginario y de ensueño.