Aún colea el cese del delegado de Cataluña en Madrid, Raimon Martínez Fraile, que ocurrió, como ya hemos contado, por una exigencia del propio Pasqual Maragall. Pero lo cierto es que decretar su cese le costó, mucho, pero que mucho, mucho al actual president de la Generalitat, José Montilla.
La razón se halla en que Martínez Fraile era tan íntimo amigo del jefe de comunicación de Montilla –en el Ministerio, en Madrid, y luego en la Generalitat-, Antonio Bolaños, que incluso vivían en un mismo piso en Madrid. Un piso en el que había otro inquilino, Isaías Taboas, jefe del Gabinete de Montilla, y por el que pasaba también el propio Montilla siendo ministro de Industria.
No es de extrañar, pues, que costará tanto decretar su cese, pero, como ya les contamos, los exigió Maragall o el ex president montaba un número político.
Todavía no han nombrado sustituto, aunque en un momento determinado se especuló con el diputado Dany F ernández.
En cualquier caso, parece ser que Montilla va a buscarle más pronto que tarde un buen acomodo en Cataluña a Martínez Fraile. Lo que no se sabe es si le sentará muy bien a Maragall.