Con la alegría y la actitud militante que caracteriza a los representantes de la sociedad civil, nos estamos convocando para la realización de la Cumbre Social del Mercosur que se desarrollará en la provincia del Chaco, tanto en la ciudad de Resistencia como en la Isla del Cerrito durante los días 24, 25 y 26 de Julio próximos.
Estamos frente a una nueva oportunidad de hacer síntesis desde nuestras propias historias, prácticas e identidades, en donde se presentan desafíos recurrentes, como el de la participación social en el proceso de integración, pero aparecen nuevos escenarios y prácticas.
Trabajaremos en una geografía marcadamente mercosureana donde las problemáticas de frontera, los desarrollos locales, las realidades de los países de la región impactan en el trabajo de las organizaciones sociales y por consecuencia, en el modo en como se relacionan las instituciones y abordan los temas comunes. Generar contrapartes donde cada comisión pueda referenciarse en el ámbito regional, es hoy una prioridad muy marcada de este contexto.
Aparecerán momentos muy fuertes: la Carrera de Miguel en homenaje a Miguel Sánchez el atleta desaparecido en la dictadura militar, el acto de reparación histórica en recordación a la guerra de la Triple Alianza , los paneles de debate de los intelectuales de los cuatro países, la asamblea de mujeres, el campamento de jóvenes, las actividades en deporte, el intergrupo “En defensa de la vida y de la tierra”.
La nutrida delegación extranjera que superará las 160 personas obliga a retrotraer la mirada y recordar los primeros esfuerzos realizados especialmente desde el año 2005 (Mar del Plata) en adelante, donde la génesis y la intencionalidad estaban puestas en la lucha y la resistencia. Hoy es el momento de las propuestas, del encuentro, del intercambio, de diseñar estrategias.
Esto no es fruto de la casualidad. Es producto de un proceso donde la aparición de un grupo de presidentes construye nuevas formas de consensos para la resolución de conflictos y la posibilidad de formular iniciativas frente a las problemáticas concretas que afectan y afrontan nuestras sociedades.
Debemos asumir este nuevo rol desde la sociedad civil; sin olvidar todos los costos para llegar a este presente, pero teniendo la capacidad de abordar el futuro con otra perspectiva, con propuestas mas abarcativas y ancladas en lo organizacional, la comunicación, las temáticas que entrelazan y no en las que dividen.
Hemos apostado, nuevamente en este evento, a la masividad, a la posibilidad del intercambio concreto, a la presencia de las instituciones y delegados del interior del país en general pero convocando al Noreste argentino (NEA) en particular, como en el año 2.008 fue el Noroeste argentino (NOA) el que se plegó decididamente a la Cumbre de Tucumán. Es una decisión política que implica poner en debate criterios, generar espacios para que dialécticamente se encuentren el interior profundo y el Mercosur en sus fortalezas y debilidades.
Pues de esto se trata; de convocarnos a partir de nuestras realizaciones y carencias pero concientes que solamente unidos podemos construir agendas, ocupar espacios, y plantear otra institucionalidad para el Mercosur, que exprese de verdad las necesidades e intereses de sus habitantes y no solamente los negocios, el comercio o las prioridades de ciertos sectores corporativos empresarios.
Y cuando ponemos en discusión la salud, la educación, la discapacidad, la comunicación, la soberanía alimentaria, la tierra y el hábitat, el cambio climático y el voluntariado lo hacemos también desde la perspectiva antes descripta; porque los mismos están hilvanados en una práctica y en realizaciones específicas. 900 delegados de todo el Mercosur cimentarán este desafío.
La Cumbre Social del Chaco debe explicitar este momento suramericano, donde ese “realismo mágico latinoamericano” esbozado en novelas y cuentos, en batallas, amores y sacrificios durante los años 60 y 70 reconoce hoy la construcción de modelos democráticos, repletos de participación y pueblos, de organizaciones y esperanzas
Por el Embajador Oscar Laborde, Representante Especial para la Integración y la Participación Social de la Cancillería Argentina