Juan Jaime Ramírez Osorio
domingo 04 de julio de 2010, 20:54h
MUNDIAL SUDÁFRICA 2010.- De los cuatro que teníamos ya “nomás” nos queda uno, Uruguay fue el único sobreviviente de los equipos del continente americano que buscaban su pase a semifinales, y para ser sinceros yo creo que eran de los que la afición les veían menos posibilidades al arranque del torneo mundialista.
Brasil el pentacampeón se conformó con ir derrotando por un gol a la selección de Holanda, tuvo oportunidades de aumentar el marcador pero fue indolente al estar frente al marco del portero tulipán, y los errores en el futbol cuestan muy caros por eso los cariocas lo pagaron, los europeos no se desesperaron y fueron insistiendo hasta encontrar un centro de Sneidjer que a la pésima salida del portero Julio Cesar y el desvío de Felipe Melo se concretó el empate, no existió en los brasileños aquel jugador explosivo que los hiciera reaccionar, permitiendo que Holanda buscara con más decisión el triunfo que finalmente llegó para dejar el resultado final de 2-1 pero también dejaron al mundo extrañado por la eliminación de la selección favorita a lograr el título.
Lo de Argentina fue una verdadera hecatombe, Alemania se desquitó de la guerra de declaraciones, de aquel desaire en una conferencia de prensa le hiciera Maradona al joven Müller, el cual se presentó en los primeros minutos del partido con un gol, Messi y compañía hicieron todo lo posible por conseguir el empate pero sin un orden de juego previo, atacaban individualmente y no colectivamente, tanto fue que perdieron el orden defensivo que los alemanes aprovecharon para anotarles el segundo, el tercero y el humillante e histórico cuarto que provocó en más de un jugador pampero lagrimas de dolor y de ego pisoteado pero más allá de lo que no fueron capaces cabe resaltar el juego que dieron los teutones con gran velocidad, verticales, decisivos al llegar al área contraria, una gran defensiva, certeza al definir y una gran hambre de triunfo sobre un oponente excesivo de arrogancia previo al encuentro.
Paraguay el tercer equipo de Conmebol eliminado brindó un buen partido ante una España que durante el primer tiempo no tuvo reacción por la férrea marca de los guaranis que mordían en cada espacio de la cancha, para la segunda parte en que ambos equipos brindaron un juego de ida y vuelta pero sin claridad al ataque tendrían una oportunidad de oro para llevarse el partido cuando el arbitro decreta la pena máxima, primero a favor de los paraguayos y después a cobrar los españoles pero a la par errarían el cobro tanto Óscar Cardozo como Xabi Alonso. Y ya fiel a lo que viene haciendo la selección española aparecería el talismán David Villa para anotar en una serie rebotes que hicieron más dramático el 1-0 que los pone por segunda vez en su historia en semifinales, la primera en Brasil 1950 donde perdió ante los anfitriones y ahora contra la poderosa Alemania.
Uruguay el único americano sobreviviente de esta ronda lo hizo más de suspenso que una película de Hitchcock, cuando en el minuto final del segundo tiempo extra su gran delantero Luis Suárez detiene el balón en su propia meta cual si fuera portero con las manos para decretar penalti y expulsión, todo a favor del cuadro africano de Ghana que contó con el apoyo de la afición en el estadio, pero en un segundo de fatalidad Asamoah Gyan estrella el tiro en el travesaño para mandar a la definición desde los once pasos, en donde el arquero uruguayo Muslera detendría dos tiros para que el “Loco” Abreu hiciera su acostumbrado tiro para ponerlos en semifinales a la espera de los Holandeses.
Tanto Javier Aguirre, Maradona y Dunga nos dejaron claro que cuando la cabeza pierde el orden, el control, la táctica y las ideas futbolísticas, ni un Messi, ni un Kaká y ni un Chicharito pueden sacar el barco a flote, los tres directores técnicos en un momento determinado de sus respectivos partidos en los que fueron eliminados nos mostraron lo grandes actores de teatro en lo que pueden convertirse, pero también en lo limitados que están en materia de estrategias.