Sé que no es bueno generalizar y que en este mundo periodístico parlamentario, como en el político, hay de todo. Y cuenta con muy honrosa y brillantes excepciones, pero a la mayoría les falta sabuesismo, visión de la jugada, larga mirada y contactos. Sota, caballo y rey. Periodismo agarbanzado, tópicos e instrucciones. Poco más.
Lo acabamos de comprobar y es la causa y lo que me mueve a ser duro con ellos.
Acaba de morir Félix Pons, presidente del Congreso durante diez años. En su día a los periodistas de pasillo solo les interesaba quien iba a ser el presidente de la casa donde tan cómodamente se hallan, y a su muerte, todo queda en las clásicas necrológicas de andar por casa repitiendo los trillados tópicos de ocasión. Quien fue, que hizo, que época le toco vivir, que no hizo, por que se entregó de manos y pies a un tipo tan nefasto y saltimbanqui como
Ignacio Astarloa que del PNV paso al PSOE y del PSOE al PP, porqué no logro aprobar el reglamento, que pasó con las comisiones de investigación y la de secretos oficiales, porqué hubo aquel lío a cuenta de aquel piso tan barato, la gente con la que convivió: Modesto Fraile,
Eduardo Martín Toval,
Carlos Solchaga,
Rodrigo Rato,
Loyola de Palacio,
Roca,
López de Lerma... Gente interesante no consultada ante el hecho de la desaparición de una persona con la que habían convivido diez años. Y va y le preguntan a
Soraya Sáenz de Santamaría,
Eduardo Madina,
Gaspar Llamazares, su opinión sobre alguien para ellos desconocido y que contestan con los tópicos al uso, de plástico y que te echan para atrás. Gente con la que seguramente no cambió dos palabras en su vida. ¿Soraya? Nada.
En momentos como estos se impone no solo la banalidad sino un buen servicio de documentación y una Asociación de Periodistas Parlamentarios que vele por tratamiento parlamentarios más rigurosos de estas cosas y no solo por organizar premios a fin de año harto cuestionables y no porque no me hayan dado ninguno, tengo cinco, sino porque no reflejan la realidad. De ahí que en el Senado, en la anterior legislatura, decidimos ser nosotros quienes otorgáramos los premios a los periodistas. No al revés.
Conozco el funcionamiento de las dos cámaras y veo lo mal que funciona esta Asociación en el Senado. La noticia creen ellos, está o se produce donde están los periodistas parlamentarios y no donde está la noticia que se sigue guiando por la superficialidad y las ruedas de prensa. Y ahora organizan un Seminario en la Universidad rey Juan Carlos, en el campus de Aranjuez, sin mordiente alguna y sin tratar de denunciar el mal pago que les hacen sus empresas, las ruedas de prensa para leerles un comunicado, la investigación de verdaderas denuncias y lo atados que se encuentran para ellas, la falta de cultura histórica de la mayoría de los que pululan por pasillos, estos cursos que no sirven para nada pero que creen que deben hacerlos sin interés alguno o sobre los kínder garten del verano…
En fin. Nada con sifón. Reconozco mi sulfure tras el tratamiento que se le ha dado al fallecimiento de Félix Pons y la superficialidad del mismo que a mi juicio clama al cielo. No sé de verdad para que sirve esta Asociación de Periodistas Parlamentarios.