La crisis que atenaza a la economía gallega desde hace un par de años se ha convertido en un pesado lastre para otra crisis, ésta más larvada, que amenaza el futuro de Galicia: la demográfica. Así lo ha explicado este sábado La Voz de Galicia, que señala que la delicada situación financiera obligó a casi 10.000 personas a buscarse la vida fuera de la comunidad el año pasado, de acuerdo con los últimos datos publicados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
De esta cifra, un total de 6.291 son extranjeros que decidieron retornar a sus países de origen o bien emigrar a otras autonomías en busca de un porvenir. El nuevo informe del INE dibuja un panorama desolador para Galicia, según el referido diario gallego. El saldo exterior gallego, esto es, la diferencia entre los inmigrantes y los emigrantes, sigue siendo positivo, pero ha caído en picado respecto a ejercicios anteriores. En el 2009, la comunidad recibió a 5.760 personas más de las que se fueron, lejos de las 20.000 de los años 2006 y 2007 o de las casi 15.000 del 2008, un ejercicio en el que ya se empezaba a intuir la dimensión de la crisis.
En la coyuntura poblacional que atraviesa Galicia, el saldo demográfico es un elemento clave, por cuanto hasta la fecha se había encargado de compensar la falta de nacimientos, propiciando así tímidos incrementos del censo. A saber, la población gallega ha crecido en los últimos ejercicios por la llegada de emigrantes (principalmente extranjeros), lo que ha permitido enjugar un saldo vegetativo negativo provocado porque en la comunidad se registran más defunciones que alumbramientos. La consecuencia, por tanto, es evidente: si el saldo demográfico sigue decreciendo, el padrón galaico podría empezar a caer de forma severa.
El análisis de los datos del INE revela otras cuestiones muy llamativas. Como que Galicia ha perdido atractivo entre los emigrantes. El año pasado solo recibió a 15.135, por los 26.000 del 2007 o los 22.000 de los ejercicios 2006 y 2008. En el caso de los que se van, llama especialmente la atención el comportamiento de los extranjeros. De los 6.291 que abandonaron la comunidad en el 2009, 3.500 son ciudadanos de países latinoamericanos que decidieron buscar un nuevo destino ante la falta de oportunidades en territorio gallego.
Entre los españoles que el año pasado salieron de Galicia, la cifra de emigrados ascendió a poco más de 3.000, una cifra que no se ha disparado respecto a ejercicios anteriores, en buena medida porque destinos de trabajo tradicionales como las Canarias o Baleares han perdido parte de su atractivo precisamente por la crisis de la construcción y el turismo. Con la inmigración ocurre algo similar. Galicia no parece ofrecer demasiadas oportunidades, como prueba el hecho de que la llegada de extranjeros a la comunidad ha experimentado un retroceso constante en los últimos tres años: de los 21.000 del 2007 a los 11.900 del año pasado.
En realidad, este es el nivel más bajo de los seis últimos años. Hay que remontarse al 2003, cuando arribaron a la comunidad 9.400 ciudadanos de otros países, para encontrar una cifra inferior a la que arrojan ahora las estadísticas del INE, según La Voz de Galicia.