La respuesta no está en el viento, que cantaba Bob Dylan en uno de sus clásicos, quia. Porque como debe faltarle información, ha ideado un nuevo y sorprendente -al menos en cuanto al nombre- organismo: nada más y nada menos que el Observatorio del Empleo Público, ¿...?. Si Dios no lo remedia, y todo apunta a que no lo hará, el Consejo de Ministros de este viernes servirá para dar a luz a esta creación.
Esta desinformación es más llamativa aún si echamos mano de las palabras de la vicepresidenta De la Vega para, en época de recortes de otros organismos públicos -¿igual de inservibles?-, justificarla: servirá para diagnosticar en profundidad la situación del empleo en la función pública. O sea, que no lo conocen, a estas alturas y después de seis años largo de gobernanza de este país. Impresentable, como mínimo.
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