El Mundial ha vuelto a la normalidad respecto a España. Y, superada la primera fase con el traspiés ante Suiza que, aunque a algunos sirvió para sacar a pasear el habitual 'cainismo' hispano o a apuntarse profecías de que nos iban a eliminar, 'La Roja' continúa siendo una seria aspirante al título. Ya lo era, incluso más que ninguna -hasta en las casas de apuestas de todo el planeta- al inicio de la cita de Sudáfrica, y por méritos propios: ahí está su inigualable palmarés -refrendado también por la FIFA en sus listas- desde que hace justamente dos años se proclamó campeona de Europa. Y lo sigue siendo. No sólo por resultados, sino también por fútbol, por el propio juego desarrollado en estos cuatro encuentros que lleva ya de competición.
También lo es, incluso en mayor medida, ante el encuentro de cuartos de final
de este sábado frente los incómodos paraguayos, cuyo fútbol dista mucho de igualar en virtudes y competitividad al español. Aunque, como ante Suiza, eso no descarta la sorpresa que da grandeza al deporte rey, cual se ha encargado de recordar el siempre sensato
Vicente Del Bosque con la doble filosofía que ha inoculado en sus pupilos: no hay que despreciar a nadie, y no hay enemigo pequeño. En cualquier caso, lo normal es que 'La Roja' derrote a los americanos y haga historia metiéndose en semifinales, donde nos esperaría uno de los 'cocos': Argentina o Alemania, que se enfrentan entre ellos ahora en cuartos por un puesto en la siguiente ronda. Dos selecciones que no son superiores a la nuestra y a las que hemos derrotado últimamente: a los europeos en esa final de la Eurocopa; a los de
Maradona en dos amistosos.
Pero antes de llegar a este enfrentamiento crucial y al de Paraguay, queremos hacer una parada en el recuerdo. En el recuerdo de que, ahora con el tiempo a nuestro favor, parece que la conquista de la Eurocopa fue fácil. Un paseo. La realidad demuestra que no fue así en absoluto. Quia. Porque en el primer partido ante Rusia las pasamos muy mal y sólo los certeros contraataques y el acierto de 'matador'
Villa -siempre Villa- nos dieron un marcador 4-1 que no reflejaba lo acontecido en el campo. Después, ante Suecia un gol en el último minuto del 'Guaje' -siempre 'El Guaje'- nos otorgó los tres puntos. Y en cuartos de final, los traviesos hados del destino nos sonrieron en la siempre complicada suerte de los penaltis.
Tras superar con facilidad a Rusia, de nuevo y ya en semifinales, 'La Roja' -apodo que empezó a utilizarse en este torneo- sufrió en la finalísima ante los propios alemanes, más que por el juego, por la cortedad del resultado. En definitiva que es justo y necesario, es nuestro deber -y quizás nuestra salvación- traer a la memoria estos datos objetivos para comprender lo complicado de ganar un Europeo o un Mundial, donde además del fútbol en sí, intervienen otros factores no siempre controlables. En definitiva, se insiste, somos más favoritos, sí, pero sin descuidarse. Suerte.