Buscando evitar la posible ilegalización de sus listas futuras, este acuerdo entre EA y la izquierda abertzale batasuna asegura apostar en sus predicados “por el uso exclusivo de las vías pacíficas y democráticas” para conseguir la creación de “un Estado vasco”. Aunque lo dicho: no se hace ninguna referencia explícita a ETA ni se condena la violencia de la banda terrorista.
EA y Batasuna piden en fin de la violencia a “la superación del conflicto”, y a la configuración de un nuevo marco jurídico y político “sustentado en el reconocimiento nacional y el respeto a la voluntad popular”. Y pese a que no nombra a ETA, sí que hace referencia a los “presos políticos”, para quienes pide su traslado a prisiones vascas y la derogación de las medidas que buscan su “castigo sin medida”.
Escepticismo en la política
Casi nadie opina que este acuerdo pueda ser un germen futuro para una Batasuna que condene a ETA y se aleje definitivamente de la violencia. El portavoz del PSE,
José Antonio Pastor, considera que EA y Batasuna “han decepcionado incluso a su propia gente”.
El portavoz del PP del País Vasco,
Leopoldo Barreda, destacó que en el documento “no hay ni siquiera una mención” a ETA, lo que, a su juicio, les deja en “una posición difícil”.
Sin embargo, el portavoz del PNV,
Joseba Egibar, destacó que la izquierda abertzale ha decidido “unilateralmente” apostar exclusivamente por las vías políticas y democráticas, y añadió que si ETA no se aviene a sus planteamientos “se constituirá en disidencia” de este colectivo.
Rubalcaba, el que menos cree en esta alianza
Pocas horas antes de que EA y Batasuna presentaran su acuerdo “estratégico” en Bilbao, el ministro del Interior,
Alfredo Pérez Rubalcaba, declaraba en la cadena
SER que la izquierda abertzale está “muy lejos” de convencer a ETA de que abandone la violencia e “incapacitada casi genéticamente” para romper con la banda. “Si quieren estar en las instituciones, tiene que romper o convencer, y la situación está mucho más verde de los que trata de demostrar.
Por su parte, el presidente del PSE,
Jesús Eguiguren, insistió en que la izquierda abertzale ha llegado a la conclusión de que “votos y bombas son incompatibles” y de que su futuro depende de la desaparición de ETA.
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