Mamá quiero ser suizo

Lo que nos faltaba. Ya no funciona ni "la roja". A este paìs se le acaban todas las esperanzas y hasta Suiza, la selección que nunca nos había ganado, nos hace un roto a ls primeras de cambio. Yo me temí lo peor cuando escuché al gafe de Zapatero augurar unas horas antes que íbamos a ganar por tres a cero.No te jode el profeta...Crucé los dedos, pero ni eso bastó. A "la roja" le faltó loque nos falta siempre a los españoles, definir en los últimos metros. Menos mal que Gabi Dondra, me ha llamado para avisarme que Coca-Cola nos lleva a Sudáfrica, tal y como había prometido su mandamás en Insbruck durante la última Eurocopa, a ver in situ el España-Honduras. Ya les contaré

Somos los cansinos del "tiki-taka", de marear la perdiz, del pelotazo al área a ver si Torres, Iniesta, Navas o el que pase por allí la engachan. A Zapatero le pasa lo mismo. Todo son buenas intenciones, buen rollito, somos favoritos en sueños frustrados, somos los mejores...hasta que nos topamos con el cerrojaso suizo y se nos descubren las vergúenzas de no saber cómo atacar una defensa bien armada. Zapatero ha quemado todas sus naves y nos ha mandado a todos pique. Hasta su "colegas" Méndez y Toxo, tan amigos ellos del presidente, parecen haberlo abandonado y ya no hacen más la manida escena del sofá en la Moncloa y han decidido que es hora de la mini huelga general en otoño cuando vengan morenitos de la playa y den mejor en las fotos.

Es verdad que quedan aun dos partdos y no todo está perdido, pero casi. La cruda realidad acaba imponiéndose y lo que anunciaba en mi anterior artículo de "la roja como placebo" se nos convierte en un abrir y cerrar de ojos en un desencanto más que añadir a la ya larga lista del caos español. Cinco millones de parados, la economía bajo mínimos, la deuda disparada, los sueldos en recesión, los despidos cada día más baratos, las pensiones pendientes de un hilo y ni siquiera el fútbol es capaz de darnos una alegría, A este paso sólo nos queda darnos de baja a todos comos españoles y hacernos flamencos no del tablao del Corral de la Pacheca, sino del cantón suizo que más nos guste.

Ya me lo decía mi amigo Chusca hace un año. "Como esto siga así, yo me nacionalizo francés". Pues, yo, suizo, a ser posible de Ginebra. Uno está harto de ser siempre de los malos de la película que dirigen la Merkel y el Sarkozy. Se cumplen ahora los 50 años del estreno de "Psicosis", de Alfred Hichtcock. Y a mí se me sigue apareciendo cada noche Anthony Perkins vestido de madre de Norman Bates con el cuchillo en la mano en la famosa escena de la ducha. Bates es como Zapatero queriendo currarte la cartera para que le pagues la deuda que él se ha gastado en chorradas estos años. Y ya está bien de hacer el primo. Va siendo hora de plantarle cara y representar otra película más amena que nos dé menos sustos. Por ejemplo, la de su amigo Pedro Almodóvar que lleva por título "¿Qué he hecho yo para merecer esto?". Al menos así aguantaremos hasta el próximo lunes, 21 de junio, cuando "la roja" juegue con Honduras y nos pueda hacer recobrar la esperanza, Hasta entonces sigamos viviendo de ilusiones como en el Mundo Feliz de Aldous Huxley. Es lo que hay.