Los baches de Ramiro

El presidente de la Diputación de Valladolid, Ramiro Ruiz Medrano, que descubrió su vocación política muy pronto, disfruta como pocos cuando desde su cargo asiste un sarao cultural. Hace poco fue en Madrid, en la Feria del libro, donde acudió con los hijos de Miguel Delibes y Ramón García a presentar un libro de textos vallisoletanos del insigne escritor.

Eso está muy bien, si no fuera porque las diputaciones a lo que  tienen que dedicar su esfuerzo preferente es arreglar carreteras, asfaltar las calles y caminos y prestar otros servicios primarios en los pueblos. Pero la cultura da mucho boato, y proporciona mayores y mejores fotos para la prensa, lo que siempre le ha pirrado a Ramiro Ruiz Medrano.

Lo del museo del vino en Peñafiel, lo de Almenara-Puras y lo de la Villa del Libro de Urueña están muy bien, pero da miedo meterse con el coche por muchas carreteras “pertenecientes” a la Diputación de Valladolid. Este es el bache mayor de la gestión de Ramiro Ruiz Medrano al frente de esta institución, lo que no quita que alabemos su excelente talante personal y su capacidad para el diálogo. Diálogo y talante que tiene que medir muy bien como presidente del PP de Valladolid si no quiere que León de la Riva, como ya dijo "El Mentidero" en su día, le haga toda la lista del Ayuntamiento en las próximas elecciones locales.