domingo 13 de junio de 2010, 23:07h
Me gusta fisgonear en las librerías. Además de la posibilidad de encontrar algo interesante hago los ejercicios que el médico me recomienda para mis cervicales al intentar leer los títulos impresos en el lomo colocados alternativamente de abajo arriba y de arriba abajo. Si el ejercicio se alarga demasiado voy a ver a Frederic en Jaimes que encuentra lo que parece imposible.
En una de estas andanzas ojeé “La yihad a nuestras puertas”. El libro se inicia con una referencia a los tres miembros de la ONG catalana “Barcelona Acció Solidària” secuestrados en Mauritania desde el 29 de noviembre de 2009. Tengo buenos amigos en la ONG. Compré el libro.
El autor, David Alvarado, conoce el tema, vive en Marruecos y tiene familia marroquí. Hoy mi opinión es que es mejor conocer la realidad antes de adoptar decisiones y mi impresión es que la realidad es poco conocida y no me refiero a las altas esferas del gobierno ni a la actuación policial, sino a algunos voluntariosos políticos de base.
Preocupa el burka, la ablación, las mezquitas, la demanda de derechos y el incumplimiento de deberes, sin recordar que lo que está ocurriendo no es el pretendido respeto entre culturas sino un choque puro y duro de civilizaciones que naturalmente hay que superar pero con la colaboración de unos y otros.
Alvarado habla de la enorme penetración de AQMI (Al Qaeda en el Magreb Islámico) en Ceuta y Melilla, en las que sus seguidores viven marginados y no integrados, con intentos de ingreso en el ejército y con amplios contactos en Pakistán, Afganistán y dentro de España. Al objetivo de la recuperación de Palestina se vive el de la obsesión por Al Ándalus.
En todo el entramado desempeñan un importante papel los ciudadanos inmigrantes establecidos en España, algunos con nacionalidad española con lo que levantan menos sospechas y saben cómo moverse no solo sin provocar suspicacias sino a veces con la ayuda de ingenuos protectores.
El autor concluye: ¿Cuántos secuestros mas harán falta para que España y Europa perciban como reales las amenazas de AQMI?. ¿Cuántas bombas, muertos y lágrimas mas son necesarios para afrontar el riesgo patente que sobre nosotros se cierne?
Existe un justo equilibrio entre la obsesiva virulencia de la derecha hacia el islam, sin apenas espacio para distinguir el trigo de la paja, metiendo en el mismo saco a moderados y a yihadistas violentos, y la acusada tendencia en el seno de la izquierda europea y española para simpatizar con cualquier corriente que se diga del islam, ya sea ultraconservadora, ultra rigorista o sospechosa de connivencia con movimientos radicales.
Nota final: El prólogo a la obra, como es lógico elogioso, lo firma Gustavo de Aristegui, Portavoz de Asuntos Exteriores del PP en el Congreso.
De la prensa catalana reciente extraigo: El 25% de las comunidades islámicas asentadas en Catalunya son radicales. Comunidades salafistas han establecido lazos con otras comunidades que no lo eran y las han convertido.