Ya han visto como se le están poniendo las cosas al Gobierno, y peor que se le van a poner si patronal y sindicatos no llegan finalmente a un acuerdo sobre la reforma laboral. Lo que le faltaba a
Zapatero. Tener que aprobar un 'decretazo' disminuyendo los costes laborales, o lo que es lo mismo, abaratando el despido. Si las encuestas pronostican una caída libre y en picado del PSOE por las medidas anticrisis, no quiero ni imaginarme qué pasaría si el Gobierno da luz verde al despido con sólo 33 días por año trabajado. Lo primero que sucedería es que los sindicatos, tan callados hasta la fecha, tan sumisos, tan plegados a las subvenciones, no tendrían más remedio que convocar una huelga general, y lo segundo que esta huelga general le costaría el puesto a
Zapatero. No, no estoy haciendo pronósticos futuribles ni elucubraciones metafísicas sobre lo que a mí me gustaría que ocurriese, estoy poniendo sobre el tapete lo que piensan muchos dirigentes socialistas que ven cómo su intocable líder de hace dos años, aquel que ilusionaba a las masas, lideraba la alianza de civilizaciones, repartía euros entre los más desfavorecidos y prometía el pleno empleo, se ha quedado solo, con los bolsillos vacíos y ha caído en un profundo pozo, arrastrando consigo al partido. Descartadas de momento las elecciones anticipadas porque serían un suicidio colectivo, se intuye, ya, un cambio de estrategia que proporcione, al menos, un respiro al Ejecutivo en espera de que llegue el verano y se calmen un poco los enervados
ánimos de una sociedad abocada al desastre y a esa cifra mítica de los cinco millones de parados que se vislumbra para otoño. Eso sí, en otoño, como el PSOE no amarre bien a algún socio que le ayude a sacar adelante los presupuestos y, como ha ocurrido con CiU, le ponga la red en el último momento, nadie nos libra de acudir a las urnas.
Y si esto sucediera, ¿quién podría ser el recambio que liderase el proyecto socialista durante seis meses hasta la convocatoria electoral? Se ha hablado de
Pepiño Blanco, de
Pepe Bono, incluso de
Rubalcaba. Pero creo que la solución es mucho más fácil y está dentro de casa. Todavía somos muchos los que nos preguntamos para qué contri llamó
Zapatero a
Manolo Chaves a Madrid el año pasado en la última remodelación de su Gobierno, provocando una innecesaria crisis en la Junta de Andalucía y en el poderoso PSOE andaluz, y todo para darle una vicepresidencia y un ministerio totalmente prescindible. En política apenas existen las casualidades y toda medida suele tener un motivo más que estudiado. Digo yo si esta "colocación" de
Chaves en los aledaños del poder de la Moncloa no respondía a una estrategia de futuro maquinada por los cabezas pensantes de Ferraz. La sustitución temporal en la Presidencia del Gobierno de
Rodríguez Zapatero (presidente del Ejecutivo y secretario general del partido) por
Manuel Chaves (vicepresidente del Gobierno y presidente del PSOE) no levantaría demasiadas ampoyas en un socialismo en retirada y sacudido por todos lados. Chaves haría lo mismo que
Leopoldo Calvo Sotelo hizo cuando
Adolfo Suárez dimitió. Al fin y al cabo,
Manuel Chaves, aunque a regañadientes, siempre ha estado dispuesto a hacer lo que le diga el partido (le ocurrió en 1990 cuando
Felipe González le quitó el Ministerio de Trabajo para mandarlo como "candidato a la fuerza" a Andalucía, y en 2009 cuando
Zapatero lo volvió a reclamar en Madrid) y si éste le dice que tiene que tomar las riendas del Ejecutivo durante unos meses para que caiga sobre él el chaparrón de las protestas sociales, no cabe la menor duda que ahí estará. Sería el último gran gesto servicial de un "histórico" que parece estar ya de vuelta de todo y deseando jubilarse para pasar su tiempo con su familia.
Sólo planteo esta hipótesis de Chaves como el "tapado" de Zapatero. No es nada descabellada. Piénsenla, madúrenla y si ven otra más plausible, estoy dispuesto a discutir con ustedes los pros y los contras. Incluso hasta con aquellos lectores con el carnet del PSOE en la boca que, como el tal Juan, sólo esgrimen insultos como argumentos. Afortunadamente, la mayoría de ustedes suelen aportar visiones, a veces distintas pero siempre respetables, que nos ayudan a todos a entender lo que esta ocurriendo. No importa, como decía Cervantes por boca de El Quijote, ladran, luego cabalgamos.