La presidencia del Senado, no obstante, decidió que hubiera solo traducción del catalán al castellano, dado que el orador era de esa Comunidad autónoma. Después, se haría lo propio con los demás comparecientes.
Pero
Montilla sorprendió desgranando su discurso en todas las lenguas del Estado. Comenzó en catalán, luego pasó al castellano, para a continuación utilizar el gallego y finalmente el euskera. El traductor no podía seguir su ritmo y tampoco traducir lo que decía en otras lenguas.
Desde la sala de prensa, los periodistas que seguimos la comparecencia del honorable, a través de un monitor, podíamos escuchar la voz de Montilla de fondo y la traducción en español dominando. Pero, no sé sabe bien por qué, al final el discurso de Montilla dejó en varios momentos de traducirse al castellano, con lo cual solo se le entendía cuando decidía pasar a la lengua oficial mayoritaria. Lo que decimos, un caos.
- Lea también:
