Tío Manolo, el aristócrata cortijero sevillano, estará contento sin duda alguna. Frente a los curas rojos (católicos, por supuesto) como el andaluz José Chamizo, que ejerce de Defensor del Pueblo en su autonomía, o el trío de la madrileña parroquia de Entrevías (Castro, Baeza y Díaz), brilla el esplendor del magisterio eclesiástico a través de conferencias tan interesantes como la que ha dado, hace unos días, monseñor Fernando Sebastián Aguilar, arzobispo de Pamplona y de Tudela. En ella, este sabio y, sin duda, santo prelado nos advierte que la iglesia Católica está débil por la deserción silenciosa y el laicismo público. Pero, Dios Nuestro Señor, en su misericordia y bondad infinitas, sabe proveer in tempore opportuno.
Porque el arzobispo afirma que los grandes partidos que rigen la vida social y política son todos ellos aconfesionales, algunos radicalmente laicos y claramente laicistas. ¡Bien por monseñor Sebastián!. Ha puesto el dedo en la llaga. Porque no sólo los comunistas (os lo juro, pequeñines/as míos/as, pero me han dicho que quedan algunos), los sociatas y los nacionalistas son unos relapsos laicizantes y réprobos, que hasta el PP (aunque se manifiesta a toque de campana episcopal), el PNV y Convergència i Unió (si lo dice todo un arzobispo, así debe ser) se presentan como desafectos eclesiales. ¿No habrá en España, al igual que aquellos hombres justos que Dios no encontró ni en Sodoma ni en Gomorra, algunos partidos políticos que sean fieles a la doctrina social de la Iglesia? Ilustrémonos pues con la docta sapiencia del arzobispo de Pamplona y Tudela. Cito textualmente: “Hoy en España hay algunos partidos políticos que quieren ser fieles a la doctrina social de la Iglesia n su totalidad como, por ejemplo, Comunión Tradicionalista Católica, Tercio Católico de Acción Política, Alternativa Española, Falange Española de las JONS”, que todos ellos son partidos tenidos en poca consideración, amadísimos, globalizados, megaletileonorisofiados y descarriados niños y niñas que me leéis.
Dice monseñor Fernando Sebastián Aguilar que todos ellos son partidos pocos tenidos en consideración. Pero tienen un valor testimonial que pueden justificar un voto. Aunque no tienen muchas probabilidades de influir de manera efectiva en la vid política, no obstante sí podrían llegar a entrar en alianzas importantes si consiguiesen el apoyo suficiente e los ciudadanos católicos.
Hete aquí, por tanto, que, desde su magisterio episcopal, monseñor Sebastián (no es pariente de Miguel S., el candidato sociata a la alcaldía de Madrid) acaba de marcar las líneas maestras de las coaliciones que pueden y deben formarse tras el 27M. Naturalmente, habría que preguntar allá en la madrileña calle Génova si Marianito Rajoy y su corte celestial están por la labor, claro. Porque puede que sí, o puede que no, que ya se sabe que con el pedazo de laicos que hay en el PePé, todos ellos a favor de la permisividad moral, podría ser que no.
Resumiendo, amadísimos/as de mi paterno corazón, nada de votar a todos aquellos que propugnan elementos claramente inmorales, como pueden ser la legitimación de la violencia, la extensión de la permisividad moral, la legitimación e aborto, de la eutanasia, o la disolución del matrimonio –heterosexual, por supuesto—y de la familia.
Por tanto, debéis seguir las orientaciones morales de quienes, gozando de la gracia de estado, como el arzobispo pamplonés (y yo también) están para conduciros por el recto sendero que os permita llegar al santo redil en esta Tierra y al lugar que Dios Nuestro Señor, infinitamente justo, pero infinitamente misericordioso, os tiene reservado a su derecha. Claro que esto será en la vida futura, porque mientras tanto, monseñor Fernando Sebastián se encuentra cara al sol, se supone con la sotana nueva, y a la derecha de la derecha pepera. Motivo éste, sin duda, para que alguien proponga nombrarle
“Arzobispo de España”... Y no sólo de España, que cuando se entere el gobierno polaco, el de los gemelos, sin duda alguna le hacen arzobispo de Varsovia y primado de Europa. Eso para empezar.