Si es usted uno de esos ciudadanos que la semana pasada asistió atónito a los recortes de ZP, es usted una persona que después de valorarlo dijo: “era necesario y por tanto inevitable”. Si es usted de los que piensan que el gobierno es un desastre pero que parece que ha empezado a reaccionar aunque sea tarde y que quizás a partir de ahora se dediquen de verdad a resolver temas de calado importante, se equivoca usted de plano, una vez más.
Yo pertenezco a esa población anteriormente descrita. Sinceramente, después de todo he llegado a creer que tras el pasado miércoles ZP y todo su gobierno se mostraban alicaídos, prudentes, humildes, con querencia por no hacer ruido y de hacerlo, que sea por algo eficaz, potente, que nos ajuste las arcas, que nos quiten la soga económica que nos nivele la balanza de pagos. Porque yo, lo he dicho en infinidad de ocasiones, no alcanzo a comprender todas las dimensiones de una realidad macroeconómica, no alcanzo a entender todos los datos que se manejan en la economía estatal pero llego a entender que normalmente se gasta más cuando se tiene más. Normalmente.
Pero las majaderías de este gobierno parecen no tener fin y el leit motiv que les guía, el de vamos a hacer historia, vamos a ser un ejemplo para el mundo en avances sociales (así dejemos las arcas del Estado tiritando), vamos a hacer cosas grandilocuentes aunque tengamos que enfrentar a media población, vamos a recuperar el espíritu del año 1931 (cuando estaba todo por conseguir), ese leit motiv no sólo no ha desaparecido sino que está más vivo que nunca.
Y hete aquí que saca ahora la patita una ministra bastante bien valorada por los españoles, una ministra a la que confieso tenerle un aprecio personal que la conozco, he charlado con ella, he compartido almuerzo a solas con ella y me parece una mujer de sentido común, trabajadora, responable, honesta: Trinidad Jiménez. Parece que las olas del Ministerio de Igualdad llegan a salpicar la tranquilidad que hasta ahora reinaba en el de Sanidad y en aras de igualar el lenguaje (tan vilipendiado por la maltratadora del castellano, Bibiana Aído) ahora los recién nacidos van a dejar de existir y en su lugar tendremos criaturas. Imaginarán ustedes el por qué. Exacto, porque criatura hace referencia a ambos sexos mientras que recién nacido es sexista y favorece al hombre porque es masculino. Me lo permiten: manda huevos
El lenguaje, algo vivo, que se transforma y en concreto el nuestro, el castellano, el español, llámenlo como deseen, nace con la idea de que nos podamos comunicar mejor, y el nuestro es tan preciso, tan concreto y tan rico que designa con muchas palabras conceptos que a priori parecen idénticos pero que en realidad no lo son y me explico. Criatura es efectivamente un recién nacido, pero bien es cierto que también es un bebé y un bebé de 14 meses no es un recién nacido porque ya supera el año. Criatura también es una niña de dos años, luego en este caso no es aplicable su término cuando quiere referirse a la palabra recién nacido. En el caso de hacer folletos en Sanidad con consejos para los recién nacidos me imagino el desconcierto porque habrá que especificar siempre a su lado la edad de la criatura. Más de alguna incauta hervirá los biberones y las tetinas, así como los cubiertos de la criatura para evitar infecciones porque, efectivamente eso ha de hacerse con los recién nacidos pero no así con todas las criaturas. No me quiero imaginar el caos informativo cuando se hable de vacunas y espero por su bien señora ministra que esto no cause ningún fallo que pueda resultar nefasto a la hora de malinterpretar el lenguaje por culpa de una soberana gilipollez donde el machismo lo ve la iluminada de Aído y cuatro acólitas más. Y en el caso de que haya que cambiar antiguos folletos, cartelería…espero, señora ministra que esta tontería absolutamente innecesaria no nos cueste dinero. Porque si cuesta dinero lo va a pagar la señora Bibiana y el resto de su familia. Porque de mi dinero, ya está bien, ni un solo euro más para estupideces. Pero es que ni uno, oiga.
Todo esto, por cierto, se hace para que no asome ni un solo atisbo de sexismo en el lenguaje. Claro. Lo raro es que esta medida no haya llegado al ministerio de fomento y comiencen a cambiar los conceptos que sean masculinos por varias palabras que digan lo mismo pero que omitan el sujeto. A ver qué se les ocurre. Los peajes son maculinos, las montañas son femeninas....vayan buscando sustitutos neutros, por favor.
Y ahora yo, ciudadano ( y me sale de la boina, en femenino, declararme en masculino y no llmarme ciudadana) le hago una pregunta. Usted realmente que opina de todo eso. ¿Cree que es una de tantas maniobras del gobierno para distraer la atención del debate sobre el tijeretazo social? ¿Cree que es una idea más de la alumna más aventajada de gobierno? O simplemente cree que nos están tomando el pelo.
Yo tengo mis dudas al respecto pero sobre todo tengo una idea muy clara sobre este tipo de medidas innecesarias, onerosas, ridículas, absurdas y estúpidas: no tienen una idea clara de lo que hacen, han visto el machismo en todas partes y en su lugar han colocado intolerancia feminista y todo esto lo hacen con alegría, alborozo y gastando el dinero que no tenemos. Ah y encima el que proteste (mi caso) puede ser sospechoso de machista. Al menos ahora no hay paredón.