Descalificar a Sarkozy

Como si fueran en España, las elecciones generales que hoy se celebran en Francia han terminado con una campaña de la izquierda, la de allí y la de acá, sembrando el miedo ante una más que probable victoria del conservador Nicolás Sarkozy. Solo les ha faltado sacarle el doberman. Es una vieja táctica que se practica mucho a este lado de los Pirineos y que consiste en desacreditar al adversario tachándole de ultraderechista como única manera de tapar el hecho de que el candidato que se enfrenta a él carece de proyecto y anda muy por detrás en los sondeos.

   Sarkozy es, en efecto, un conservador. Lo cual no tiene nada de peyorativo, por lo menos más allá de nuestras fronteras. Y también es un político que ha presentado un proyecto, sin duda controvertido, con el que pretende cambiar a una Francia demasiado ahogada en unos corsés económicos proteccionistas que le están haciendo perder enteros en el ranking mundial de los países más ricos y, dentro de su país, está comenzando a poner en riesgo el futuro del hasta ahora casi perfecto sistema francés de protección social. Si gana, es sabido que muchos de sus conciudadanos tendrán que apretarse el cinturón y perder privilegios que se creían irrenunciables, lo que sin duda creará conflictos con algunos colectivos, sobre todo los sindicatos, en la calle.

  Segolene Royal, la primera mujer que aspira a la presidencia de Francia, es conocida entre los suyos como "La Zapatera". Y el apodo le sienta como anillo al dedo. Es una mujer atractiva, especialista en decirle a la gente lo que cada uno quiere escuchar, que no se compromete en nada concreto y que habla en términos genéricos de cosas como "la necesidad del cambio" y "el nuevo talante". Desde que hace unos días perdió el debate electoral que mantuvo con Sarkozy cara a cara, su talante ha dado paso a una agresividad verbal contra su oponente, al que ha terminado acusando de extremista y del que ha advertido que pondría en peligro el futuro de Francia.

   El resultado, esta noche. Aunque las apuestas a favor de Sarkozy son muy firmes. Y también muy seguros los comentarios editoriales de los medios de izquierdas. ¿A que si gana Sarkozy en algunos sectores se va a atribuir su victoria a un avance de la extrema derecha entre el electorado frances? Sobre todo, en España.