Amado Franco será vicepresidente
Isidro Fainé, elegido presidente de la CECA
martes 20 de abril de 2010, 08:30h
Es inevitable. La polémica desatada con la elección de un nuevo presidente de la Confederación de las Cajas de Ahorro (CECA), tras la 'espantada' antes de tiempo de Juan Ramón Quintás, y la necesidad de encontrar un timonel que pilote con decisión la reestructuración de las cajas, hacía necesaria la elección de Isidro Fainé al frente de la Ceca. El presidente de La Caixa pilotará el proceso de concentración de las cajas, que han consensuado la elección de Fainé, en sustitución de Quintás, quien se retiraba formalmente en la Asamblea del mayo.
Fainé constituía una alternativa a la candidatura oficial, encabezada por Amado Franco, de Ibercaja. Sin embargo, finalmente Franco se convertirá en vicepresidente para nombrar a Fainé con el máximo consenso posible. El nuevo presidente sustituirá a Juan Ramón Quintás, que presentó su dimisión hace un mes aunque su cargo expiraba en mayo. El presidente de La Caixa contaba con el respaldo del Ministerio de Economía, del PP, del presidente de Caja Madrid, Rodrigo Rato; del de Unicaja, Braulio Medel, y de la mayoría de las cajas 'medianas', que lo consideran un buen interlocutor para trasladar al Ejecutivo la posición del sector ante la reforma de la Ley de Cajas.
Por su parte, el presidente de Ibercaja -que parecía el sustituto de consenso semanas antes de la dimisión de Quintás- ha reiterado que mantiene su candidatura para conservar el "ADN del modelo" de las cajas, que defiende una "personalidad jurídica propia, compromiso con el desarrollo económico y social de los territorios donde actúan, además de la Obra Social".
En este contexto, los responsables de las cajas están llamados a buscar un "consenso", aunque entre ellas se ha abierto un debate sobre el modelo que debe defender el presidente de la patronal, y si es conveniente que provenga de una caja mediana o una grande. Las cajas más pequeñas se muestran temerosas ante el próximo marco normativo, la amenaza de que la reestructuración del sistema suponga la 'bancarización' de las cajas y las consecuencias del modo en el que están diseñados los Sistemas Institucionales de Protección (SIP) o "fusiones frías".
Estas entidades también debaten sobre el riesgo de que las cuotas participativas tengan derechos políticos y se transformen en auténticas acciones y que se utilice una supuesta despolitización de las cajas para dañar su modelo jurídico y su naturaleza. Pero el nuevo presidente, además de participar activamente en la reorganización de un sector dimensionado en exceso, debe defender el sistema de los nuevos requisitos de liquidez y capital que impondrá la directiva Basilea III, y para ello, según fuentes financieras, "se necesita alguien con cierto caché y prestigio en foros internacionales".
Además, el sistema financiero tiene una morosidad del 5,39%, 0,09 puntos porcentuales más que el mes anterior. Esta cifra es la que registró el sector en abril de 1996. Las cajas están en febrero en el 5,43% (suben 800 millones) y los bancos en el 5,29% (tras aumentar 950 millones). La peor parte se la llevan las financieras de consumo, que cerraron febrero con una morosidad del 10,21%, igual que en enero.