Sigue el fuego graneado contra 'Chany'

Algunos medios han decidido seguir en el despropósito de atacar a la presunta asesina de la adolescente de Seseña considerándola una “psicópata”, ahora a cuenta de su presencia en las redes sociales. Un diario madrileño llega incluso a publicar fotografías, menos que veladas, de la catorceañera ‘Chany’, presentándola casi como un monstruo. Sobre este caso se han olvidado algunas reglas elementales de decencia, de ética y de estética jurídica. Naturalmente que no estamos exculpando a la presunta asesina -presunta, aunque se hayan filtrado (¿?) declaraciones suyas al juez inculpándose; que sepamos, todavía no ha sido condenada ni conocemos las circunstancias, agravantes o atenuantes, de la muerte de la niña Cristina Martín-. Pero cargarla con la pena infamante a la que tan aficionados son algunos medios y algunos periodistas, convirtiéndola en un ser deleznable por haber quedado para pelearse con una compañera -cosa muy común en los colegios- o por tener tendencias hacia la vestimenta gótica, nos parece una demasía. ¿Dónde quedaron aquellos planteamientos de Concepción Arenal, que pedían odiar el delito y compadecer al delincuente?