Los resultados electorales a la Presidencia de Francia en la primera vuelta obligaban a los dos candidatos ganadores a realizar un importante esfuerzo ante sus posibles votantes, y sobretodo a Segolene Royal, la candidata socialista que debía convencer a los votantes de centro, puesto que el centro, mas o menos los votantes de Bayrou, el triunfador moral de la primera vuelta, es el que decidirá quién ocupará la Presidencia de Francia. Puede decirse que Nicolas Sarkozy, vencedor de la primera vuelta, se encontraba sometido a un asedio desde todos los frentes y se generaban dudas sobre su dureza y su supuesta agresividad, y por ello lo que parecía que iba a resolver el decisivo combate televisivo de 2 de mayo era la capacidad personal de los candidatos más que la propia confrontación ideológica de sus respectivas programas.
Sin duda el momento más crispado de todo el debate surgió cuando Nicolas Sarkozy manifestó que era partidario de la plena integración de los discapacitados en la escuela, ante lo cual Segolene Royal se indigno y le acuso de “inmoralidad política y de mentir”, cuando su gobierno había recortado los programas de inserción en las escuelas, a lo que Sarkozy respondió que no perdiera los nervios; que esto no era propio de una candidata a la presidencia de Francia, replicando Segolene que ella no perdiera los nervios, que estaba enfadada, que hay cóleras útiles y “que tengo mucha sangre fría”. Lo que vino a dar a entender Sazrkozy con respecto a esta cuestión de la educación de los minusválidos es que esa era la voz de su conciencia y de su sentimiento, y más o menos quiso decir que la izquierda no podía detentar la exclusiva en la sensibilidad social.
Esto me recordó al ganador moral de las elecciones holandeses del pasado noviembre de 2006, Jan Marijnissen, cuando recordó en la TV el caso de una pensionista que se quejaba de los cuidadores del hogar de ancianos donde vivía porque no tenían tiempo para ella, y esta imagen de apoyar a la pensionista fue la que consiguió el mayor apreció de la audiencia y quizá una parte del apoyo electoral. En todo caso el debate televisivo celebrado ayer 2 de mayo, a cuatro días de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales francesas, observado por más de 20 millones de electores franceses, fue un gran ejercicio democrático entre dos candidatos que representan dos ideologías políticas, y dos modelos de sociedad. Pero ayer no se jugaba tanto un debate ideológico sino la capacidad personal de los dos candidatos para exponer sus ideas y convencer al electorado. En este sentido y por cuanto todas las encuestas siguen dando vencedor a Nicolas Sarkozy, Segolene Royal fue firme y combativa, mientras que Nicolas Sarkozy en algún modo se sitúo a la defensiva cuidando mucho las formas, diríamos que fue suave, tratando en todo momento de dar una imagen de serenidad y de seguridad en sus afirmaciones mientras que Segolene Royal le interrumpía constantemente.
Segolene Royal cargó sobre Sarkozy la responsabilidad sobre la crisis en que se encuentra Francia y la preocupación por el aumento de violencia, prometió crear 500.000 puestos de trabajo, desburocratizar el Estado y reactivar e invertir masivamente en la innovación y la investigación. Y en cuanto a la energía, mantener la energía nuclear pero también potenciar las alternativas. Segolene Royal derrocho autoridad y determinación, pero es probable que ninguno ha conseguido los votos de la otra parte, y por tanto no hubo realmente un vencedor y quizá Sarkozy fue más coherente y demostró estar más preparado, mientras que Segolene demostrando tener fuerza y una gran personalidad, no pudo ser mas precisa que su contrario.
Una cuestión que fue más perfectamente clarificada es la posición de los dos candidatos presidenciales sobre la Constitución Europea. Sarkozy repitió una vez más que los franceses habían dicho NO en referéndum a la Constitución Europea y que eso era claro y determinante y propuso una vez más la realización de un mini Tratado dentro del cual estuvieran claras las reformas institucionales y los objetivos de la Unión Europea, y desde luego que este mini Tratado fuese aprobado por la Asamblea sin necesidad de un nuevo referéndum, solución que ciertamente ya la tiene pactada con los grandes socios europeos, léase Merkel y Blair.
Segolene Royal, sin embargo, es mucho más ambiciosa en el proyecto europeísta y sigue la estela de Delors, entiende que debe haber una reflexión, una nueva articulación, más contenido social y un nuevo referemdum que sería planteado durante la presidencia de la Unión Europea en el segundo semestre de 2008. La diferencia por tanto es importante: una solución es inmediata otra solución como decimos más ambiciosa deja a la Unión Europea en su situación actual de crisis institucional y crisis constitucional.
Una encuesta de LE MONDE ha dado victoriosa a Segolene Royal, pero la opinión generalizada es que no hubo un claro ganador y por tanto que Segolene ha podido perder una ocasión de adelantarse a su contrario. En todo caso la elección presidencial de Francia sigue siendo muy discutida, y los dos candidatos han manifestado estar a la altura de la presidencia de su país.
Pero a Francia quizá le falte conseguir soluciones conjuntas para los grandes temas como recordó Sarkozy en un tema concreto o todavía algo más importante un gobierno de concentración entre los dos grandes partidos políticos que es sin duda el gran logro de Alemania y que ha conseguido un gobierno conjunto que preside con éxito Ángela Merkel, a la que aludió Segolene Royal y que sin duda el referente político más importante de Europa.