Carretero y el partido de Laporta

El ex consejero catalán Joan Carretero, líder de un grupúsculo político llamado 'Reagrupament', tiene todo el derecho del mundo a plantear sus alternativas para Cataluña, y a exponer ante los electores las genialidades o las barbaridades que se le pasen por su cabeza. Uno, en la acción política, se puede parecer a Winston Churchill, con su sentido del Estado, o puede imitar a Miguel Gila que, como cómico, era genial. Nos tememos que, ante Joan Carretero, estemos en este segundo caso, en el de Miguel Gila, que hizo las delicias de millones de españolitos de postguerra con un traje negro, una camisa roja y un teléfono.

    Y decimos lo de Gila porque sus parodias de la guerra, desde la tierna y dolorida y alucinada perspectiva de la postguerra, eran fantásticas… “¿Está el enemigo”?... Pues que se ponga... Esta tarde no vamos a disparar porque hemos comprobado que los cañones no tienen agujero, y lo dejamos para mañana...”.
                                              
    Y todo esto porque Joan Carretero propone la creación de un ministerio de Defensa catalán y de unas fuerzas armadas autóctonas, entre cuyas misiones estarían la protección de “la soberanía nacional y de la integridad territorial”. Vamos, como si desde Madrid o desde Extremadura o desde Andalucía o desde Galicia, a alguien se le haya pasado por la cabeza la idea de “invadir Cataluña”.

    Este asunto no es político sino psiquiátrico. Y no decimos que el señor Carretero, como ciudadano, sea un perturbado, sino que sus propuestas militares merecen ser analizadas por los expertos en la mente humana que, en una de éstas, las consideran razonables y ajustadas a la sinceridad del sentido común…Porque, paradojas de la vida, los espectadores tenemos que aplaudir a Joan Carretero que diga lo que piensa y, después, allá cada votante con su libre decisión. Ignoramos si, en los planes del ex conseller figura recuperar la 'mili' obligatoria o mandar tropas catalanas a Afganistán, comprarle armamento nuclear a Irán o intentar que Cataluña se integre en la OTAN…Insistimos: hay sinceridades que, por necias que parezcan, tienen el beneficio de la transparencia. Vamos, que Carretero no engaña ni cuando quiere un ministerio de Defensa bis para Cataluña ni cuando propone para esta comunidad autónoma otro ministerio de Exteriores, con embajadores y cónsules para todo el mundo, ni cuando apuesta por una especie de CIA catalana para detectar en todo el planeta todo aquello que pueda amenazar a la Generalitat y a sus conciudadanos.
 
    También ha dicho Carretero que el presidente del Barça es el cargo más importante de Cataluña, puesto que “cuando el señor Laporta sale de su territorio, todo el mundo lo conoce, mientras que el presidente de la Generalitat tiene dificultades para explicar quién es…”.
 
    Bendita libertad de expresión, y bienvenida jaula de grillos en que, como decía Rafael Alberti, “yo antes era un tonto, y ahora soy dos tontos o tres tontos o cuatro tontos...”.


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