No estamos de acuerdo en nada con
Chávez, que ha demostrado que sus formas democráticas son decadentes y se aproxima al 'absolutismo'. Pero tenemos que decir que aproximadamente de entre los 100 y 150 refugiados de ETA que viven en América Latina, las tres cuartas partes, están en ese país ya desde otras épocas anteriores a Chávez. A veces, incluso enviados por los gobiernos españoles y los que están allí, quitando 5 o 6, fueron acogidos por los gobiernos del conservador
Caldera y el socialista
Carlos Andrés Pérez. Es la verdad y hay que decirlo. Eso explica que las ideas que en América Latina se tiene de los etarras, todavía hoy, sean muy diferentes a lo que la banda es en realidad. En países como Uruguay, Ecuador y desde luego Venezuela, no es infrecuente encontrarse con restaurantes vascos montados por hoy ex etarras que han encontrado toda clase de facilidades.
Se sabe también de más de un agente español que en el pasado recorrió esos restaurantes en busca de información. No todo por ello es culpa de la política de Chávez, por mucho que sea hostil con Colombia, ni explica la benignidad con la que actualmente se han contemplado en estos países latinos los actuales y antiguos miembros de la banda criminal ETA.