El testimonio de todos ellos ha devuelto a la actualidad el nombre de Dolores Vázquez, la única acusada del crimen hace años, condenada por él pero exculpada posteriormente, tras haber llegado a cumplir diecisiete meses de cárcel, de la que algunos de ellos dijeron hoy que cuando participó en una de las batidas de búsqueda de la joven llevaba una pegatina igual que la que tiempo después sería encontrada en el lugar en el que apareció el cadáver.
No obstante, estos testimonios se contradicen con el que ha prestado también hoy un oficial de la Guardia Civil, que ha aceptado la posibilidad de que se produjeran errores en la primera investigación seguida sobre la desaparición y muerte de Rocío, que lamentablemente los restos orgánicos encontrados al principio en el lugar de la desaparición y en el del hallazgo del cadáver no condujeron entonces a Tony Alexander King, y que los hechos objetivos que se han establecido posteriormente descartan la relación entre el acusado y Robert Graham con la citada Dolores Vázquez.
La nueva semana ha comenzado, pues, casi como terminó la anterior, con testimonios en el que vuelve a relacionarse con los hechos a quien cumplió parte de la condena antes de ser expulsada, enfrentados con los que atribuyen toda la responsabilidad a Tony Alexander King, al que señalan como único implicado en el crimen, aunque admiten algunas inexactitudes en su confesión.