La capital, Funchal, ha vivido situaciones dramáticas. Una anciana ha muerto aplastada por el techo de su vivienda. Dos centros comerciales han sido evacuados y las riadas han arrastrado un camión de bomberos. El puente del Mercado dos Lavradores se ha derrumbado por la crecida en el caudal. Un barrio de la zona alta de la ciudad está aislado debido al estado de la carretera en la zona de barrancos.
El primer ministro luso, José Sócrates, ha declarado estar absolutamente desolado con la situación y ha asegurado la total "disponibilidad del Gobierno para cooperar en la respuesta". El ministro de Administración Interna partirá hacía el archipiélago cuando las condiciones climáticas mejoren. Sólo la isla de Madeira, con 741 kilómetros cuadrados de superficie, y la de Porto Santo, de 42 kilómetros, están pobladas. El tráfico aéreo esta siendo desviado a Canarias, a menos de 400 kilómetros.
El Gobierno regional ha convocado una reunión de emergencia y ha solicitado a los trabajadores que ayuden a los desbordados bomberos en las tareas de rescate. Protección Civil y la Policía piden, a través de la radio, evitar los desplazamientos. También han pedido a la población que no usen el teléfono por los problemas de saturación y que no salgan de sus casas, pero decenas de personas en la capital se han visto obligadas a buscar refugio fuera de sus viviendas.