Tres meses han pasado desde la noche en que Tiger Woods estampó su coche frente a las puertas de su residencia en Florida y la comparecencia pública ofrecida ayer en el club de golf de Ponte Vedra Beach. Noventa días en los que pese a seguir siendo uno de los mejores golfistas de la historia, si no el mejor, su imagen ha quedado reducida a la de un juerguista y vividor que puso los cuernos a su mujer en infinidad de ocasiones y se saltó a la torera todas las normas de buen comportamiento de las que presumía.
“Fui infiel, tuve aventuras y engañé”, afirmó Woods en una polémica rueda de prensa acompañado de familiares y amigos en la que no aceptó las preguntas de los periodistas y vetó la entrada a muchos de los informadores que quisieron ver en directo el último “mea culpa” de una figura pública en Estados Unidos, retransmitido en directo por todas las cadenas de televisión del país y que acaparó la atención de la prensa de medio mundo.
Palabras como “irresponsable”, “egoísta” o “estúpido” llegó a repetirlas en varias ocasiones, dijo estar “profundamente arrepentido” por su actuación, y pidió perdón a su familia, a los empleados de su fundación, a sus amigos, a sus compañeros y a su fans. “Siento haberos defraudado. Lo que hice está mal", aseguró el golfista, quien repitió hasta el cansancio que él es el único responsable de lo ocurrido y pidió respeto y privacidad para su familia.
Woods aseguró que entiende que la gente tenga preguntas y que la prensa busque respuestas por su comportamiento, pero exigió a los medios de comunicación que dejen de perseguir a su familia. “Por favor, dejadles en paz”. Aprovechó para desmentir los rumores que aseguran que su mujer, la modelo sueca Elin Nordegren, le golpeó la noche de marras, el Día de Acción de Gracias, y criticó a quienes en los últimos meses se han dedicado a inventar historias como esa.
Sin aclarar en ningún momento si su matrimonio se ha roto definitivamente o si por el contrario todavía hay alguna posibilidad de salvar la relación con su mujer, Woods dijo que lo que hayan hablado ambos es un asunto particular, “entre un marido y una mujer”, y que por tanto es algo que solo queda entre ambos. En todo caso añadió que su disculpa a Elin no llegará en forma de palabras sino a través de su comportamiento.
El número uno del mundo tampoco despejó las dudas sobre cuando retomará su carrera profesional, abandonada “indefinidamente” una vez que las televisiones empezaron a llenarse de mujeres alegando haberse acostado alguna vez con el californiano. “Planeo volver al golf algún día pero aún no sé cuándo”, dijo el deportista, quien dejó entrever que quizá vuelva a coger los palos “este año”. Agradeció la paciencia de la PGA y de los jugadores y confió en volver a ver en el campo a sus compañeros.
De momento lo que le espera es continuar con el tratamiento psicológico que comenzó en diciembre pasado para superar su adicción al sexo. “Es la única forma de poder cambiar”. Woods dijo que se volcará ahora en sus creencias budistas para “encontrar el equilibrio" perdido entre su vida espiritual y la profesional. “Ahora depende de mí enmendar los errores, empezando por no volver a repetir los errores del pasado, y empezar a vivir una vida íntegra”.