La decisión de marcharse, según comenta a este diario uno de sus compañeros del Congreso, era conocida desde hace meses. La fecha iba a ser estas Navidades pero al final
Pizarro dejó pasar las fiestas ‘en paz’ para, finalmente, comunicar su decisión la semana pasada a
Rajoy en una comida que transcurrió en un clima “cordial” en la que le expuso sus motivos y le aseguró que continuaría trabajando para el partido en todo lo que le necesitara al que se afilió tras ser fichado como número dos por Madrid.
Aunque su renuncia al escaño por Madrid era algo esperado y deseado por el propio Pizarro, el ex presidente de Endesa siempre echaba balones fuera cuándo se le preguntaba sobre ese extremo. Es más, el empresario siempre aseguraba que su intención era permanecer toda la legislatura en el Congreso. Pero su situación dentro del Grupo Popular era cada vez más “absurda”, en opinión de uno de los diputados del PP que a lo largo de estos meses ha podido comprobar que Pizarro no se encontraba cómodo.
“Manolo no había digerido bien no ser nombrado portavoz económico”, afirma un diputado del PP que explica que, sin embargo, el ex presidente de Endesa “jamás pidió nada” a Rajoy porque era “muy suyo. Estaba por encima de todo eso”. El propio Pizarro llegó a confesar un día: “yo soy muy disciplinado. Si quieren, que me saquen al campo, y si no, no. Yo no me enfado”, algo que han podido comprobar sus compañeros de grupo que destacan de él su “buen carácter”.
Luego llegó la ‘batalla’ en Caja Madrid y la clara apuesta por
Rodrigo Rato. El nombre de Pizarro se barajó como posible presidente en sustitución de
Miguel Blesa. Él lo negaba. “No decía nada, pero en su fuero interno hubiera estado encantado con el puesto”. Otra oportunidad perdida. “Todos nos quitamos el sombrero ante Rato”, afirma este mismo diputado que comprende la ‘frustración’ de Pizarro.
El empresario, que aseguró que llegaba al PP “a sudar la camiseta, se va ahora a casa sin una sola arruga en su traje. Su situación económica le permitirá estar una buena temporada de ‘vacaciones’ hasta que decida regresar a la empresa privada de la que en realidad no se ha desligado nunca.
“Le deseo lo mejor a mi partido, pero tampoco no digo nada que no se sepa: en cuanto pueda me iré a mi casa, que es donde tengo que estar”, manifestó Pizarro en un reciente almuerzo coloquio. “Tampoco tengo mucho interés en estar en la política. Mientras sea útil estaré, pero no tengo mucho interés en hacer carrera política”. Y así ha sido.