Sin embargo, ninguno de los anteriores inconvenientes parece resultar tan preocupante como la drástica disminución en el volumen de las aguas de la principal arteria fluvial del país: el río Magdalena.
Y es que el río Magdalena, además de literalmente atravesar el país de sur a norte con sus 3685 metros de longitud, es el centro de acopio de más de 5500 ríos, quebradas y arroyos.
Así mismo, el río es el principal sistema de riego y fertilidad de las tierras de cerca de 18 departamentos, que también utilizan sus aguas como centro económico para el desempeño de actividades comerciales como: el intercambio de bienes, transporte, trueque, importaciones, exportaciones y pesca.
Es justamente por lo anterior, que el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales, IDEAM, anunció su preocupación al observar que el río ha llegado a niveles menores a los que presentó durante la peor sequía que se recuerde en el país, la del período 1991-1992, alcanzando un nuevo descenso histórico de 2,2 metros a su paso por Calamar, localidad del departamento de Bolívar.
El Instituto también anunció que en poblaciones como Puerto Salgar y Barrancabermeja (en donde se encuentra el principal puerto de esta vertiente), se presenta una disminución de los niveles del Magdalena similares a los de la sequía afrontada entre 1997 y 1998.
Según el IDEAM, el actual fenómeno del “Niño”, que se fortaleció en diciembre, puede extenderse hasta abril próximo, y si los colombianos no adquieren la conciencia del no desperdicio de los recursos hídricos, además de aumentar el valor del servicio de agua potable, el Gobierno se verá obligado a realizar drásticos racionamientos en el servicio de electricidad y de acueducto.