El piloto de los ’vuelos de la muerte’ detenido en España aceptó ser extraditado al país
Se trata de Julio Alberto Poch, quien está acusado de haber tripulado varios de los llamados vuelos en los que se arrojaron al mar a miles de secuestrados durante la última dictadura militar. Con esta decisión, el aviador muestra un cambio de estrategia y aseguró que lo hizo para "poder defenderse".
Durante la vista que se celebró hoy en la Audiencia Nacional, Poch insistió en que lleva "cuatro meses detenido injustamente", y se ha "arruinado" su carrera por unos hechos que se le imputan de los que "no existen pruebas".
El fiscal de la Audiencia Nacional accedió a la solicitud de extradición hecha por las autoridades argentinas, al considerar que la jurisdicción del caso corresponde a este país en virtud del principio de territorialidad, al haberse producido allí los hechos que motivaron la reclamación.
El piloto, de 57 años y de origen argentino pero con nacionalidad holandesa, ha manifestado que este país se "deshizo" de él sin darle la oportunidad de defenderse, ha insistido que lo "más vergonzoso" fue la actuación del Fiscal argentino, que le acusó "sin investigar los hechos".
Poch, que efectuaba su último vuelo como piloto comercial antes de jubilarse cuando fue detenido en el aeropuerto de Manises (Valencia), aseguró en octubre que no tenía "nada que ver" con los vuelos de la muerte porque "nunca" estuvo destinado en la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA), donde se torturaba a los detenidos, según explicó a la salida del juzgado su abogado, Ignacio Pélaez.
"Me han tratado como un criminal"
Tras asegurar que nunca estuvo destinado en este organismo, el piloto acusó a las autoridades de haber "arruinado su reputación, su buen nombre y su carrera" y haber "dañado a su familia". "Me han tratado como un criminal, me han encerrado con presos comunes", se quejó antes de ser interrumpido por el presidente del tribunal, Ángel Hurtado, que le instó a ceñirse a su opinión sobre el trámite de extradición.
En la misma línea, su esposa, Elsa Margarita Nyborg, señaló a las puertas de la sala de vistas, que el caso constituye "una distracción para que la población no se concentre en los verdaderos problemas económicos". "Nosotros también hemos sufrido mucho, nos pusieron bombas y nos secuestraron", indicó antes de asegurar que su marido no tiene "ninguna preferencia política.
"No hay delitos políticos ni militares"
El fiscal, Miguel Ángel Carballo, solicitó la extradición de Poch tras recordar que en España "no existe ninguna limitación para la entrega de ciudadanos holandeses a la República Argentina" y que los hechos investigados no constituyen "delitos políticos ni militares".
De igual modo, recordó la derogación en Argentina de las Leyes de Punto Final y Obediencia Debida y añadió que no existe "ninguna duda" sobre la identidad real del detenido, más allá de los resultados que pueda arrojar la investigación sobre su participación en los 'vuelos de la muerte'.
En su escrito de conclusiones, la Fiscalía expresa su conformidad con las autoridades del país para que el detenido les sea entregado y considera que la jurisdicción del caso corresponde a Argentina en virtud del principio de territorialidad, al haberse producido allí los hechos que motivaron la reclamación.
El Ministerio Público sostiene que "en Argentina se encuentran las pruebas y no consta que en España se haya seguido juicio por los mismos hechos", y que la reclamación de las autoridades argentinas "no tiene motivación política, ni los delitos tienen tal carácter".
Último vuelo antes de jubilarse
El piloto declaró ante el juez Velasco el pasado mes de octubre que sus compañeros le "malinterpretaron" cuando supuestamente alardeó de haber participado en este tipo de misiones. Poch, que efectuaba su último vuelo como piloto comercial antes de jubilarse cuando fue detenido en el aeropuerto de Manises (Valencia), aseguró ante el juez que no tiene "nada que ver" con los 'vuelos de la muerte' porque "nunca" estuvo destinado en la ESMA, según explicó a la salida del juzgado su abogado, Ignacio Pélaez.
También negó la denuncia que hicieron los compañeros del piloto después de que durante una comida en Bali (Indonesia) éste supuestamente presumiera de haber participado en las desapariciones. Según su letrado, lo que en realidad dijo Poch es que "está en contra del terrorismo y del terrorismo de Estado".