Aún es pronto para que los estadounidenses planifiquen unas vacaciones en Cuba de playa, mambo y mojitos, pero la industria turística del país se está preparando para volver al destino más importante del Caribe hasta antes de la revolución de Fidel Castro en 1959.
Operadores de paquetes turísticos tuvieron el miércoles una videoconferencia con funcionarios del turismo cubano y les preguntaron si están listos para la "arremetida" de estadounidenses, si se levanta una prohibición a los viajes, como propone una moción que estudia el Congreso en Washington.
"Los estadounidenses realmente quieren conocer Cuba", dijo Robert Whitely, presidente de los Operadores de Turismo de Estados Unidos, que, junto a la Asociación Nacional de Turismo, estuvieron en la conferencia y manejan un 75 por ciento de los paquetes de viajes al Caribe.
"Anticipamos que al menos unos 850.000 estadounidenses viajarán a Cuba el primer año", dijo Whitely.
La cifra no incluye una previsión de otros 480.000 estadounidenses que irán a la isla en cruceros por el Caribe una vez que se les permita recalar en los puertos cubanos. Además, se suman otros 480.000 cubano-americanos que visitarán a sus familias cada año, dijo un funcionario de la isla.
Cuba planea levantar 30 hoteles en los próximos seis años con la ayuda de inversores extranjeros, lo que sumará otras 10.000 habitaciones a las 48.600 que ya existen, además de campos de golf, dijo Miguel Figueras, principal asesor del ministro cubano de turismo.