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A pesar de los escándalos, revalidaría su cargo

¿Por qué volvería Berlusconi a ganar las elecciones en Italia?

¿Por qué volvería Berlusconi a ganar las elecciones en Italia?

martes 15 de diciembre de 2009, 11:48h
El viernes pasado, el influyente semanario The Economist, pedía a Berlusconi que dimitiera. Este martes el Financial Times, el más importante periódico financiero de Europa, afirma que Silvio Berlusconi “no puede gobernar Italia”. En un editorial, el FT subraya que Berlusconi está acusado en un tribunal por un mafioso arrepentido (Gaspare Spatuzza) de haber tenido relaciones con Cosa Nostra y recuerda algunos de los procesos por corrupción contra el primer ministro italiano.

El viernes pasado, el influyente semanario The Economist, pedía a Berlusconi que dimitiera. Este martes el Financial Times, el más importante periódico financiero de Europa, afirma que Silvio Berlusconi “no puede gobernar Italia”. En un editorial, el FT subraya que Berlusconi está acusado en un tribunal por un mafioso arrepentido (Gaspare Spatuzza) de haber tenido relaciones con Cosa Nostra y recuerda algunos de los procesos por corrupción contra el primer ministro italiano.

Gaspare Spatuzza, asesino mafioso arrepentido

  A los problemas judiciales, se añaden los políticos:  su aliado Gian Franco Fini dijo recientemente, en una conversación grabada sin él darse cuenta,  que Berlusconi confunde liderazgo con monarquía absoluta. El sábado, una gran manifestación de protesta contra el primer ministro pedía en la calle su dimisión. Y para colmo, su mujer Verónica Lario le declara también la “guerra” con un divorcio pidiéndole una pensión compensatoria de 3,5 millones de euros al mes.

 A la vista de esos datos, y de las informaciones que habitualmente se dan en algunos medios, sobre todo extranjeros,  parece claro que Silvio Berlusconi está bajo asedio y que no le queda otra salida que dimitir. Sin embargo, la realidad es diversa. Es verdad que Berlusconi representa y carga con graves anomalías, pero aún cuenta con un consenso superior al 50 por 100 y, hoy por hoy, volvería a ganar unas elecciones. Se le vota por estos cinco motivos:

  1. Televisión: Casi el 80 por 100 de los italianos se informa por la TV, Berlusconi y controla prácticamente todas la cadenas, públicas y privadas, menos una.
  2. Personaje popular: Berlusconi sabe venderse como un personaje simpático, como un espejo en el que a los italianos les gusta mirarse. Sus juergas en su residencia con prostitutas apenas le han rebajado popularidad. En un país en el que la ilegalidad constituye casi norma, sus procesos por corrupción pasan ya casi desapercibidos, o no tienen el impacto que cabría esperar de su gravedad, porque, en el fondo, muchos italianos lo que desearían es ser como Berlusconi.

    (En su habitual artículo semanal de El País, y bajo el título “Delitos legalizados“, Javier Marías escribe: “Cuanto más parece un político ser deshonesto, o directamente un ladrón o un rufián, más favorecido se ve por sus electores, más lo admiran éstos y más desean que sea él quien los siga gobernando”).

  3. Empresario, no político:  Su populismo le lleva a culpar a la clase política de los males del país y él presentarse como el mejor gestor y primer ministro de  los últimos 150 años de historia italiana. Algunos lo creen, otros muchos no, pero lo votan porque la izquierda, aún dividida y en permanente pelea, no representa una alternativa.

  4. Ateo devoto: La actuación es a menudo embarazosa para la Iglesia católica, pero él aplaude al Vaticano, se siente próximo al Papa y apoya su política. Entra así en juego el factor del perdón y Berlusconi, y con él los italianos, se sienten menos culpables.
  5. Anticomunismo: Berlusconi sigue explotando la visceral antipatía que muchos italianos tienen hacia la izquierda. Berlusconi solo ve comunistas en la izquierda,y  en los jueces, y a ellos dirige sus constantes ataques.  Muchos italianos votarían al diablo antes que ver a la izquierda en el poder.

 En definitiva, Italia es hoy un pais completamente dividido, con una mitad enfrentada a la otra mitad en un clima de gran tensión política. En este ambiente de polémica y de gran hostilidad entre  las fuerzas políticas,  Berlusconi no dimitirá, aunque la prensa extranjera y la izquierda italiana consideren que esa sería la mejor solución para el país. El problema para Italia es que  el Parlamento y el Gobierno están más pendientes de los problemas de Silvio Berlusconi que de las reformas que necesita el país.

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